“La miseria moral”. De psicópatas, sociópatas, paranoicos y deterministas.

Publicado el 21 enero 2017 por Alberto Garcia @ensurincon


Christian Bale, el exitoso bróker de “American Psycho”

Nos han hablado de la “miseria económica” incluso de la “miseria energética”, pero nunca de la miseria más perniciosa de todas: “La miseria moral”, ejercida por personajes sin cobertura ética y con total falta de empatía. A esos personajes carentes de ética y moral la psiquiatría les denomina psicópatas y sociópatas, en función del grado de respuesta (*).
Sus conductas perversas, en una sociedad permisiva, facilitan su ascenso laboral y social. Esta premisa se cumple entre un elevado índice de políticos, empresarios y altos ejecutivos… cuya imputación en los tribunales lo confirma.
Como una fina capa de lluvia la “miseria moral” va impregnando a todas las capas sociales. Sus comportamientos son asumidos por las personas normales, porque conducen al éxito, al triunfo y a la riqueza, si tienen la suerte de esquivar la cárcel. Cuando este ejemplo es asumido y los tribunales son incapaces de poner freno, la sociedad en su conjunto se torna corrupta. ¿Eso significa que somoso podemos ser gobernados por psicópatas y sociópatas?. Por favor no… pensar así sería trastorno delirante o psicosis paranoica. ¿Entonces la sociedad está enferma?, por supuesto que no… siempre ha estado así. Vaya, ahora hemos caído en el determinismo. (*) Básicamente el psicópata carece de los sistemas neurológicos y psicológicos de la ética y la moral, sus acciones carecen de remordimientos. El sociópata, en la mayoría de los casos, es el producto fallido de una educación negligente y sin disciplina. Son mentirosos y manipuladores, a pesar de su apariencia exterior de honradez y sinceridad. Saben lo que es correcto e incorrecto, pero su ética y capacidad moral esta totalmente desajustada. Ambos tipos de trastornos puede acabar arruinando las vidas de su alrededor y destruir las relaciones, pues ambos comparten la característica de que eso no les importa. Cuando uno u otro de estos personajes se convierte en líder o accede a puestos de responsabilidad, pueden acabar aniquilando una institución, un gobierno o un país. En la Historia tenemos unos buenos ejemplos de cómo lo han conseguido, gracias a nuestro apoyo o nuestra inacción.