La clase política parece no entender que no nos interesa ver a un candidato sin ropa, envuelto en una toalla, o "disparando" a inmigrantes y nacionalistas, y mucho menos a un votante alcanzando el clímax tras introducir su papeleta en una urna. Nos interesa más saber, por ejemplo, por qué aquellos que provocaron la crisis económica y financiera son los que sienten los orgasmos al ser rescatados una y otra vez de su debacle con nuestro dinero a cambio de aumentar nuestra edad de jubilación, ver reducido nuestro sistema de bienestar o menoscabados nuestros derechos sociales. La clase política parece no entender que queremos que asuman la responsabilidad de sus victorias y el significado de sus derrotas, que ejerzan con sentido de Estado el papel que les ha tocado desempeñar o acepten que, cuando la mayoría ciudadana no acude a votar, es porque está harta de que se comporten como personas más preocupadas por llegar al poder y someterse al dictado de los mercados que por representar a quienes les han dado una confianza que no tardan mucho en defraudar.
La clase política parece no entender que no nos interesa ver a un candidato sin ropa, envuelto en una toalla, o "disparando" a inmigrantes y nacionalistas, y mucho menos a un votante alcanzando el clímax tras introducir su papeleta en una urna. Nos interesa más saber, por ejemplo, por qué aquellos que provocaron la crisis económica y financiera son los que sienten los orgasmos al ser rescatados una y otra vez de su debacle con nuestro dinero a cambio de aumentar nuestra edad de jubilación, ver reducido nuestro sistema de bienestar o menoscabados nuestros derechos sociales. La clase política parece no entender que queremos que asuman la responsabilidad de sus victorias y el significado de sus derrotas, que ejerzan con sentido de Estado el papel que les ha tocado desempeñar o acepten que, cuando la mayoría ciudadana no acude a votar, es porque está harta de que se comporten como personas más preocupadas por llegar al poder y someterse al dictado de los mercados que por representar a quienes les han dado una confianza que no tardan mucho en defraudar.