La misma ciudad. Luisgé Martín

Por Mientrasleo @MientrasleoS


 
     "Casi todas las escuelas psicológicas, desde el psicoanálisis clásico hasta la psicoterapia de Gestalt, prestan atención a ese estado de ánimo melancólico o desesperanzado que suele manifestarse hacia la mitad de la vida de las personas y que, en jerga poco científica, acostumbramos a llamar "crisis de los cuarenta". Aproximadamente a esa edad, a los cuarenta años, los seres humanos echan la vista atrás, recuerdan los sueños que tuvieron cuando eran jóvenes y hacen luego recuento de los logros obtenidos desde entonces y de las posibilidades que aún les quedan de alcanzar la vida prodigiosa que imaginaron."
     Me gusta Luisgé, es la mejor forma de comenzar esta reseña. Hay autores que me gustan desde la primera letra, la forma que tienen de tratar los temas, de ver las zonas oscuras, los deseos ocultos, las miradas dobles... eso hace Luisgé y por eso me gusta. Supongo que viene a dar la razón a quienes me conocen y afirman que hay un determinado perfil de libros que me atrae irremediablemente. Por eso cuando me enteré de que salía a la venta este título comencé a hacer hueco entre mis estantes. Hoy traigo a mi estantería virtual, La misma ciudad.
     Brandon Moy se acerca a la mediana edad y lleva una vida normal, o eso cree él hasta que el 10 de septiembre de 2001 se encuentra con un antiguo compañero de clase. Cuando se ponen al día ve que en su vida no ha quedado hueco para los sueños y se descubre tachándola de mediocre. Brandon trabaja en las Torres Gemelas, en la Torre Norte, y al día siguiente sufrirán un atentado que cambiará la historia de su país, en él verá la oportunidad para desaparecer y empezar desde cero persiguiendo todas aquellas cosas que un día creyó eran sus sueños.
     Empecé la semana hablando de un libro que trataba la adolescencia. Este en cambio habla de esa edad en que muchas personas echan la vista atrás repasando sus vidas. Una edad complicada porque ya sólo vemos media vida por delante y nos hemos cargado de responsabilidades. Y ese es el punto de partida que utiliza el autor para hacer que su personaje desaparezca para reinventarse, desde la nada. Con documentación falsa, sin dinero, sin amigos, solo un puñado de vivencias que pueden perfectamente ser prestadas de otros que le contaron como lo hicieron, y ganas de despojarse de toda conciencia por su anterior vida. Su excusa es buscar una segunda oportunidad para cumplir todos aquellos sueños y proyectos que tuvo en su juventud, aunque ya no figuren entre sus deseos.
     En menos de 150 páginas nos resume esta aventura en la que nos da unas cuantas pistas sobre la vida y nos deja libre albedrío para juzgar a este hombre haciendo un repaso de nuestra propia vida. Es un libro que nos enseña que todo tiene su momento y en el que el 11s es la excusa, un detonante para cometer un acto que se deseaba sin saberlo. No puedo evitar recordar a Calderón de la Barca cuando dice eso de : "La vida es sueño y los sueños, sueños son". Y tal vez, al alcanzar la madurez buscamos los sueños, pero tal vez hay cosas que están bien para ser soñadas. A fin de cuentas, cada día nos despertamos por la mañana porque eso es lo que nos toca; vivir.
     Hoy traigo un libro que me ha durado una tarde, un rato, y al que he dado unas cuantas vueltas en la cabeza, como corresponde. Me ha gustado la historia, me ha gustado el narrador que nos habla por conocer al protagonista y ser testigo de sus confesiones y me ha gustado el sabor de boca que deja su lectura.
 
     Y vosotros, ¿cuál es el último libro para el que no hubiérais necesitado un marcapáginas porque no queríais interrumpir su lectura (aunque no siempre sea eso posible)?
     Gracias