Cada jugador disputó tres partidas contra cada uno de los jugadores de la otra categoría. Y Tolia en una época para progresar mucho más difícil que ahora, con tantos medios técnicos a disposición de cualquiera, superó en dos puntos la norma exigida para alcanzar el codiciado título de Maestro:
Poco tiempo antes, la familia Kárpov se había mudado de Zlatoust a Tula, lugar mucho más cercano a Moscú:
Y para aquella competición, Tolia fue asesorado por su nuevo entrenador, Anatoli Matsukevich, que era natural de la propia Tula."Jugar aquel torneo fue fácil para mi", relató Kárpov, pero lo cierto es que era la primera vez que jugaba en un evento en donde todos sus rivales eran Maestros.Comentó Igor Zaitsev, que luego sería en la época gloriosa de Kárpov su "segundo" incondicional, que le sorprendieron dos cosas de Kárpov cuando lo vio allí por primera vez en su vida. Una, su gran gusto por los finales de partida y dos, que Tolia estaba ya desde entonces muy centrado en el ajedrez y que a diferencia de otros candidatos, no estaba tan interesado en las ¡chicas! que pululaban por los alrededores.De aquel evento hubo una partida con Ravinsky muy comentada por los expertos. Por Morán, Por Karolyi (en el libro de finales sobre Kárpov), por Studenetzky & Wexler, por James B. Adams y hasta por el propio Anatoli.
Luego hubo otra contra Noaj, comentada por
Studenetzky & Wexler y una tercera, muy táctica, contra el propio Igor Zaitsev, que apareció analizada en el bonito libro Mosaico Ajedrecístico que escribió Kárpov con Evgeny Gik, amigo de juventud, de su época de la Facultad de Matemáticas.Sin embargo para esta crónica he seleccionado la partida de Tolia (con negras) contra Chistiakov (de la que sólo Goldberg hizo un ligero bosquejo de la misma), que se quejó de jugar en aquel torneo más cotejos con las piezas negras que con las piezas blancas:Angel Jiménez Arteaga
aarteaga61@gmail.com