La moda de lo unisex

Por Formulabelleza

La ambigüedad siempre ha sido objeto de intriga, aunque se ha vivido de diferente manera en cada momento histórico. Es ahora cuando lo unisex se adueña de los tratamientos, de las fragancias y de la estética en general, con el beneplácito de quienes lo viven.

Fue en los años setenta con David Bowie como líder, cuando comienza “el destape”.

En las pasarelas los hombres se atrevieron con el maquillaje y con algunas ropas tabúes hasta entonces.

En los ochenta, sin diferenciaciones de sexos, lo estilizado se llevo el gato al agua de la adolescencia, del aspecto juvenil y desaliñado, que se impuso con independencia de algo tan accidental como los años cumplidos.

El pelo adquirió un largo medio a la par que los pantalones y las camisas, hasta que en los noventa las tijeras cortaron ambos sin miramientos y lo rapado, lo ajustado y lo marcadamente raquítico se adueño de la moda.

En las parejas publicitarias (las que se mostraban en los anuncios, no se sabía quien ocupaba cada rol, mientras que en las “alegres pandillas” del celuloide, todos se manifestaban con desparpajo desvergonzado, haciendo alarde de curvas, o de bíceps, o de tórax con “chocolatinas” marcados al extremo, junto con miradas incendiarias y muchísimo descaro.

LO MÁS DE LO MÁS

Con este bagaje, ahora mismo es cuando lo unisex adquiere la máxima fuerza porque mujeres y hombres se afanan por una imagen personal mucho más trabajada que antaño y con la ayuda de todo tipo de tratamientos, desde los que se realizan en casa, a los de los centros especializados, consultas medico estéticas y de cirugía plástica.

Afortunadamente el género masculino ha perdido el miedo y la vergüenza –en el mejor sentido de la palabra- porque ya no tiene que demostrar continuamente su hombría, que desde luego se encuentra por encima de cualquier crema anti arrugas y se lanza con el mismo entusiasmo que sus antagonistas a percibir los beneficios de una cosmética cada vez más sofisticada y especializada.

Son unisex los sistemas de depilación por láser, los rellenos contra arrugas, la radiofrecuencia rejuvenecedora, los autobronceadores que proporcionan buena cara a quienes tienen que mostrarla por razones de trabajo o de seducción, o sencillamente de autocomplacencia personal, las cremas dermo protectoras, los protectores labiales, las aguas termales y un larguísimo etc., en el que no faltan los champús, los desodorantes, los solares y un buen numero de fragancias, tintes de pelo, plantillas de cejas y facetas o carillas dentales.

Lo importante es sentirse a gusto con uno mismo y como decía el refrán popular: “Ande yo caliente, ríase la gente”.