Esto es la tecnología para mi. Un área que evoluciona tan rápido que en ocasiones genera expectativas desmesuradas en el negocio... un negocio que con frecuencia avanza más lento que la tecnología, y la forma que tienen de alcanzar a dicho Ferrari no es otra que la venta. Sí, he dicho venta, porque muchas veces ocurre que las empresas, ansiosas por estar a la cabeza de determinada tecnología (ya convertida en moda en boca de otras empresas ansiosas o -en el mejor caso- alguna startup puntera que realmente ha invertido) vende la adopción de la misma, sin estar preparada para dar el salto.
Lo cierto es que después del "boom" inicial y ese "over-selling" las empresas (y algunos de sus empleados) se dan un paseo por el famoso valle de la desesperación hasta que en algún momento las necesidades de la empresa pasan por ese desarrollo tecnológico que se vendió con anterioridad. Aunque lo más probable es que para entonces aquella no sea la última tendencia o el último grito tecnológico del que todos hablan en foros y congresos de "palabros" novedosos o acrónimos inventados.
Todo esto que parece un lamento o una incapacidad de subirte al caballo de las modas no es sino una descripción en tres párrafos de lo que ocurre hoy en día con muchas cosas en el área de la tecnología. Palabras como el Business Intelligence, Cloud, Internet of things, IVR (filtro de llamadas a través de centralitas virtuales inteligentes), Inteligencia Artificial las llevamos oyendo un tiempo (algunas más que otras), y más tiempo que seguiremos escuchándolas, aunque cuando de vez en cuando recibes a alguna empresa con dilatada experiencia en el campo y le preguntas por casos reales (y no teóricos)... encuentras un vacío de pruebas que confirma mi teoría.
Pero no pasa nada, porque con el tiempo todo llega. Pasa como con la moda. Puedes decidir seguirla (a veces con la lengua fuera) o esperar a que vuelva a ti y te sientas cómodo con ella. Y no es cuestión de ser un lider o un follower. Es cuestión de saber qué se puede y qué no se puede hacer en el momento tecnológico de tu empresa. Cuestión de decidir si ponerte una medalla de algo a sabiendas de que harás crujir los cimientos de la organización en la defensa de esa inversión o ser atrevido pero realista en la adopción de la tecnología.
Que conste que valoro y admiro a los valientes, pero entre la valentía y la temeridad hay una fina línea que muchos no son capaces siquiera de ver