Hipnóticos focos apagan la oscuridad y alumbran el sendero de la exhibición. Por él deambulan colores y texturas que arroparan carencias y complejos de otros, mientras, el ego monstruoso del mentor se apacigua revolcándose entre los aplausos.
Todo vuelve a su estado natural. Natural e insustancial como las hojas de lechuga y el litro de agua que se regala mientras respira su soledad desnuda y sin glamour.
Mañana más.
Texto: +Gloria Santana Gonzalez