Revista Viajes

La modernidad de Lisboa: otro argumento para hacer turismo en la capital de Portugal

Por Turismoymas

Lisboa es una de esas ciudades que atrae a los turistas por numerosas razones: su gastronomía y sus vinos, su oferta cultural, las posibilidades que ofrece para practicar deportes, etc. Otro de los atractivos de la capital portuguesa es su modernidad, ya que es una ciudad que se renueva poco a poco, ofreciendo una gran variedad de rincones dignos de ser descubiertos.

Parque de las Naciones de Lisboa

A su llegada a la ciudad, el visitante queda impactado por sus evidentes contrastes: desde la belleza de la Lisboa más clásica, el tranvía, sus callejuelas y casas típicas, hasta su lado más cosmopolita, abierto a las últimas tendencias culturales.

Una de las zonas más de modernas tiene su origen en la Expo de 1998, cuando se vio obligada a renovar sus infraestructuras, construir edificios actuales y hoteles para acoger a los visitantes. Este área, conocido como el Parque de las Naciones, es el ejemplo de modernidad más claro de la ciudad, marcado por una arquitectura contemporánea, con lugares llamativos como el Pabellón de Portugal –un espacio multiusos– y la Estación del Oriente. Conecta la ciudad con el Tajo y en su entorno hay dinamismo y mucho ambiente, donde los habitantes disfrutan de espectáculos, dan paseos por el río y en el teleférico, hacen deporte y van de compras. En el Parque de las Naciones no se puede dejar de visitar el Meo Arena, anfitrión de grandes grupos y compañías de espectáculo internacional, y el Casino de Lisboa.

Otro de los lugares más modernos en la actualidad en Lisboa es el barrio de Intendente. En el siglo XVI fue solo un distrito de paso situado a las afueras de la ciudad, pero poco a poco, muy lentamente, fue integrándose en ella. Como muchos otros lugares, vivió una época de marginalidad que llegó a su fin cuando el alcalde António Costa trasladó su despacho a este barrio, en 2011, a Largo do Intendente. A día de hoy, por sus calles residenciales y alternativas podemos cruzarnos con estudiantes, artistas y emprendedores, portugueses y extranjeros. Alguno de los establecimientos más po pulares que podemos encontrarnos son Byke Pop, un proyecto para promover y divulgar la bicicleta como medio de transporte, y, entre otros, O Das Joanas Cafe, cafetería que sirve de punto de encuentro entre diferentes culturas, visibles en su propuesta culinaria.

En Cais do Sodré se encuentra la Rua Nova do Carvalho, más conocida como la calle rosa (rua cor-de-rosa en portugués). Se trata de una de las calles más animadas de la noche lisboeta, peatonal y pintada con un alegre color de rosa, donde se puede disfrutar de numerosas terrazas, bares y discotecas. La obra de arte urbana está firmada po r el taller del arquitecto José Adrião. Alguno de los lugares más destacados de la calle son el bar da Velha Senhora (bar con un toque burlesco), Povo (con fado y aperitivos), Sol e Pesca (el bar de las conservas) y los bares-discoteca Roterdão, Bar do Cais, MusicBox, Europa, Jamaica, Tokyo y otros clásicos como el Viking o el de Liverpool.

Por su parte, la Baixa ofrece un amplio abanico de posibilidades para ir de compras. Se trata del distrito más céntrico y comercial de Lisboa, con sastrerías y tiendas tradicionales de ropa que conviven con tiendas de souvenirs y grandes cadenas de moda, es tablecidas en la Rua Augusta. En esta misma calle, además, se encuentra uno de los museos más visitados, el MUDE, Museo del Diseño y de la Moda, cuya colección alberga más de 1.200 creaciones de diseñadores de la talla de Jean Paul Gaultier, Yves Saint Laurent o Vivienne Westwood, entre otros.

Muy cerca se encuentra la famosa Avenida da Liberdade, que se posiciona como el lugar por excelencia para realizar compras de lujo en Lisboa, siendo el destino preferido de conocidas marcas internacionales y nacionales.

Para finalizar, no podemos dejar de visitar el Bairro Alto, sin duda, el más alternativo y bohemio de la capital. Fascinante durante el día por su ambiente pintoresco y localista, por la noche ofrece una atmósfera única por su alma festiva. Este eje es sinónimo de diversión nocturna, el centro de la noche li sboeta. Digno de visitar es la terraza del hotel Bairro Alto, situada en el último piso, donde tomar un buen vino o un cóctel mientras se admira la puesta de sol sobre el Tajo.


(Fuente: Oficina de Turismo de Lisboa: www.visitlisboa.com)


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