Un lugar de referencia en el barrio del Retiro. Una de las más clásicas y mejores barras de Madrid. Sin duda alguna un lugar imprescindible.
La nota final es un promedio de todas las variables con excepción de "Experiencia"
Sí, lo sé, soy muy pesado con las virtudes de los bares y restaurantes que se "agolpan" en el madrileño barrio de Retiro, pero es que es la puñetera y redundante verdad. De hecho, parece que si quieres ser, tienes que estar, y si no que se lo digan a Iñaki Oyarbide, que acaba de abrir local en el barrio.
Y hoy vamos con uno de los más clásicos, porque la historia gastronómica de esta zona no se entiende sin La Montería, uno de los decanos del barrio, un lugar que, sí o sí, has de visitar si quieres conocer las barras de Madrid, pues desde 1963 lleva sentando cátedra en esto del buen comer, el buen beber y el buen servir.
El Local.
Hay que tener muy claro que La Montería es, sobre todo, barra. Una atestada y bien atendida barra siempre bulliciosa y bien nutrida de viandas, vinos cuidados y cervezas bien tiradas.
Tras la barra, en la parte trasera y en un nivel superior, se encuentra una sala con aires... ¿zen?, en la que predomina el blanco de manteles, servilletas y paredes que si bien tiene elegancia, también impregna cierta y desasosegante sensación claustrofóbica al carecer de ventanas y/o entretenimientos en paredes.
Las mesas no están tan juntas como parece, el hecho de no tener ventanas no implica mala ventilación y sin embargo.... no me acaba de resultar agradable, hay cierta sensación de compartir un espacio angosto, aunque no lo sea. Aquí el blanco, en lugar de proporcionar amplitud, me produce desasosiego.... menos mal que....
La carta:
Muy, pero que muy interesante y a un precio más que aceptable.
Está repleta de propuestas sugerentes, clásicas, de temporada, de caza... en fin, creo que merece una nota muy alta y no es que hayamos ido una vez, son muchas las veces que hemos disfrutado en La Montería.
La carta de vinos es mucho más que interesante, con múltiples y muy variadas presencias regionales muy bien filtradas y una buena presencia por copas.
La cocina:
A mi las etiquetas me importan más bien poco, pero entiendo que sirven para que un tercero se lleve una impresión (titular) de lo que quieres transmitir. ¿Cómo defino la cocina de La Montería?, pues tengo ciertos problemas, porque no me es sencilla de etiquetar. No es absolutamente clásica, no es vanguardista y sin embargo, en la práctica, es una cocina de temporada con sabores bien marcados que parte de conceptos clásicos y en momentos presenta guiños, en parte vanguardistas y, sobre todo, muy personales.
¿Os Habéis enterado de algo?.
Pues para muestra un botón: su pulpo frito con un puré de boniatos en plan salsa psicodélica que parece extraída de una peli de Roger Corman. ¿Parece un mal comentario?, todo lo contrario, aquí hay sabor, ideas, presencia e historia. Y encima está de coña.
También podemos abrir boca con una ensalada templada de perdiz o unas gambas invertidas.
¿Qué tal un tartar de ciervo o un ragout de venado?
O un morrillo de atún o una merluza con carabinero...
De lo que hemos probado, que ha sido mucho, hemos obtenido sensaciones muy agradables. Si acaso, en algún momento nos ha parecido que se "contenía", es decir, cómo si hubiese algo más interesante en el fondo, pero su interés se ha reducido para aumentar el espectro de clientes.
El servicio:
Impecable.
Aquí el nivel eleva, si acaso, la gran cocina. Personal atento, conocedor de sus productos, interesado en el cliente y experto. Para tomar nota de cómo se debe actuar en una sala.
El precio:
En este apartado siempre hay polémica. Mostramos el ticket con el precio de la comanda y que cada uno obtenga sus propias conclusiones, yo aporto la mía.
Estando en Madrid, en Retiro, con estos productos, esta cocina y este servicio, el precio me parece mucho más que interesante. Creo que se merece un notable.
Conclusión:
Es un local imprescindible por su trayectoria histórica y porque sigue ahí en las manos de Miguel Angel, día a día, ¡por algo será!.
Acércate a su barra, déjate seducir por su propuesta, intégrate en la bulliciosa y fiel cartera de clientes y pronto serás uno más.