La moral del esclavo

Por Realsign
La moral del esclavo es una epidemia extendida como dogma social en algún cursillo de reciclaje. Un mal menor convertido en una vía de escape para una mayoría que detestan el hecho de tener que desaprender o evolucionar hacia otros tipos de argumentos “no oficiales”, que requiere de trabajo, y encima no remunerado.
Un signo clarificador de esta pandemia es pensar que no se puede luchar porque otros no lo van a hacer. Se trata del recurso fácil, mal de muchos, consuelo de tontos. Se les puede distinguir con frases del tipo: – “Es que yo tengo que dar de comer a mis hijos, no me puedo permitir el lujo de luchar”. – “Es que tú lo ves muy fácil”.
Se han dejado domesticar y adormecer por una “supuesta” necesidad imperiosa de llevar el “pan” a su familia, algo que es cierto, pero que a la vez, condena a la anorexia crítica a la dignidad.

Empezando a despertar la dignidad.


“Yo ya luché en su día, y no pienso ponerme delante de los grises otra vez”, afirmación que se puede oír para escudar su pasividad. Piensan que las luchas sociales son un simple acto de un día, y que con ello han cumplido como “salvadores” de los derechos sociales y la humanidad. Y es más, lo hacen por puro ego, pensando que si ellos no pudieron, tú, menos aún. Héroes de salón.
- “Eres un privilegiado por tener trabajo”. Muy recurrente y totalmente apartado de la realidad solidaria. La empatía consiste en ponerse en la situación del otro, sintiendo el mismo dolor e impotencia, pero nos han cebado con el cántico de salvaguardar nuestra triste realidad en trabajos que odiamos, para comprar lo que no necesitamos. Sin mencionar que no se trata de un oficio, es un modo de hacer subsistir la precariedad laboral y la esclavitud.
"Mientras buscamos trabajos para vivir, deberíamos buscar nuestro trabajo en la vida". Esa tarea conlleva eclipsar la dignidad ante la necesidad, difundir tus ideales y sobre todo llevarlos a los hechos día a día. Para muchos es más fácil adaptarse a una sociedad enferma que caer enfermos por pensar en ella, pero es vital para superar la espiral de falsa realidad basada en un dictado inhumano.
Seguirán diagnosticando enfermos mentales, contabilizando muertes, pero mientras el PIB siga manteniéndose estable, seremos meros números.
El día que el pueblo obrero conozca lo que significa el término “plusvalía” el empresario “temblaría”.