"Nada puede ser cambiado en el mismo nivel de conciencia en que fue creado". Albert Einstein
El panorama de la cantidad de gente que no entiende nada :-)
Entender que la lactancia materna es una oscura conspiración del capitalismo para devolver a las mujeres al hogar, me da un ataque de risa. Como si la historia de la lucha por la emancipación humana, desde el esclavismo hasta hoy, tuviera un destino manifiesto: que las tetas desaparecieran de nuestro cuerpo, como los cuartos molares, jiji.
Señoras "feministas de la igualdad", el interés del capitalismo no es que las mujeres volvamos al hogar.
Al revés: al capitalismo más rancio le interesa tener el doble de mano de obra disponible, barata, explotada, trabajando 12 horas al día, sin permisos de maternidad ni de paternidad ni de nada, con mucho paro, para poder tirar y volver a coger… Le interesa el modelo chino de esclavitud industrial.
Y le interesa sobremanera que todos nos creamos que el trabajo es lo más maravilloso del mundo. Que seamos sirvientes, sí, pero no del amor a nuestros bebés, sino ESCLAVOS DEL TRABAJO. Esclavos orgullosos de serlo, vaya chollo.
Y al capitalismo le interesa sobre todo, vender leche en polvo, biberones, esterilizador de biberones, calienta-biberones, porta-biberones, recontra-biberones, cochecitos de mil euros, hamaquitas, mecedoras, sillas, recontrasillas, vibradores, chupetes, golosinas, comida basura… y todo tipo de engendros sustitutos de las madres nutridoras.
Que además aumentan enormemente la probabilidad de convertir al niño en un futuro y permanente CONSUMIDOR PASIVO de sustitutos del afecto.
Si algo es anticapitalista es la crianza natural: BEBÉS HUMANOS QUE CRECEN Y SE FORMAN LEJOS DE LA INDUSTRIA DE LOS LÁCTEOS Y DE LOS PLÁSTICOS. Familias completas que cambian hacia modos más respetuosos, libres y amorosos a través de la paternidad y la maternidad conscientes.
Tampoco se trata de sacar a los hombres de la crianza: al revés. Como he explicado en otros posts (aquí y aquí), de lo que se trata es de invertir todos más tiempo y energía en la crianza de los niños pequeños. Claro, eso le quita parte de nuestro tiempo al mercado laboral explotador, y eso sí que afecta al capitalismo.
Muchas de las familias que se vuelcan en el modelo de "crianza natural" (teta, colecho, porteo...) son también ecologistas, desertan del consumo indiscriminado de pacotillas plásticas, piden permisos y bajas maternales largas, cambian de trabajos para otros que les permitan estar más tiempo con sus familias, se van al campo o se dedican a la artesanía o al trabajo en casa: ¡¡¡eso es mucho más anticapitalista que el feminismo del biberón!!!
Como expliqué en este post, la sensibilidad masculina que se necesita para apoyar a la madre lactante, es mucho más "avanzada" que la que se necesita para dar un biberón.
El biberón es una solución para un problema puntual (como las protésis), y como tal está muy bien que exista, pero no es lo óptimo ni lo normal en la especie humana. Que quienes dan biberón se sientan tan "ofendidos" o "presionadas" con estas campañas, no es más que una muestra de lo importante que es la lactancia, porque si no, simplemente nos ignorarían.
De lo que se trata es del fin de la cultura del biberón como algo generalizado, de un cambio imparable hacia el afecto como centro de la existencia y hacia la cultura del cuidado, hacia la oxitocina en lugar de la adrenalina, hacia nuestra sexualidad y nuestros cuerpos en lugar de hacia el plástico, hacia la búsqueda interior en lugar de la vanidad del mundo externo...
No es una vuelta atrás, es un paso hacia adelante: es otro nivel de sensibilidad y de respeto hacia los bebés y niños, hacia las mujeres, hacia los hombres y hacia la naturaleza. O sea: ¡hacia todos!
¡¡¡Y si todavía no lo ves, por lo menos siéntate a esperar y no abras la boca para decir tantos disparates!!! ;-)