La movilidad sostenible es necesaria para cumplir los ODS

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Aunque los retos más conocidos de la Agenda 2030 están centrados en la pobreza y la protección del Planeta, también se da respuesta al problema de la movilidad, ya que entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) figura la necesidad de transformar cómo se desplazan los ciudadanos.

Así, la movilidad y los sectores de actividad que la desarrollan tienen mucho que decir de cara al cumplimiento de los ODS y la Agenda 2030, ya que proporcionan un medio fundamental en el marco del progreso social y económico sostenible.

La movilidad es un objetivo transversal, necesaria para la consecución de muchos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Sabemos que las ciudades han experimentado un crecimiento en extensión y población sin precedentes. En 2015, 4.000 millones de personas vivían en ciudades y se prevé que para 2030 aumente hasta los 5.000 millones.

Estas cifras de población urbana exigen una planificación de la movilidad de sus habitantes para que nuestras ciudades sean sostenibles y habitables y, como apunta Naciones Unidas (ONU), inclusivas, seguras y resilientes.

Una vez que tenemos claro que la movilidad es una cuestión fundamental para el desarrollo, podemos observar que son muchos los organismos que están desarrollando e implementando iniciativas, ordenanzas y proyectos para utilizar la movilidad como herramienta que permita alcanzar los ODS.

Dicho desarrollo está obligando a la industria a incorporar planteamientos responsables e impulsados por la transformación digital en sus procesos para ser más ecointeligentes.

En este sentido, la electromovilidad y el vehículo conectado son una realidad que ha llegado para quedarse y convertirse en una opción predominante en la movilidad del futuro, considerándose que ambas deben estar presentes para poder alcanzar los ODS.

Ejemplo de lo mencionado puede ser la agenda impulsada por la División de Transporte Sostenible de la Comisión Económica para Europa que comprende una serie de actividades para guiar el desarrollo de la movilidad hacia el logro de los ODS.

Por citar alguna de estas iniciativas, se apuesta por: la transición energética, la infraestructura para una logística ecoeficiente, la regulación, la inversión en infraestructuras, la educación en seguridad vial y la planificación urbana orientada a la movilidad, teniendo todo ellos un impacto notable en 13 de los 17 ODS.

Otro ejemplo podría ser el trabajo desarrollado por el Banco Mundial, que considera que para lograr los ODS es necesario minimizar los impactos negativos de la movilidad, para lo que ha desarrollado Sustainable Mobility for All (Sum4All), que consiste en una plataforma que reúne a las partes principales que influyen en la movilidad.

Es importante señalar que lograr una movilidad sostenible afecta especialmente al Objetivo nº 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles) ya que la gestión urbana es uno de los desafíos más importantes de la actualidad debido a que la población mundial se concentra en las urbes, estimándose que para 2030 al menos dos tercios de ellas vivirá en áreas urbanas.

Es inevitable reflexionar sobre el impacto que tendrá el crecimiento de las ciudades, especialmente en sus efectos sobre la movilidad

Estudios recientes indican que el 64% de todo el transporte global se realiza en entornos urbanos, y que la cantidad total de kilómetros recorridos se triplicará en el año 2050. Estos datos nos dan una idea de los retos a los que se enfrentarán las ciudades en relación con la movilidad, y a los que va a ser muy difícil dar respuesta con los modelos actuales.

Así, la electromovilidad urbana resulta fundamental para alcanzar los objetivos de descarbonización fijados con horizonte 2030, siendo destacable en el ámbito del transporte público, la puesta en marcha de líneas de tranvías y buses eléctricos e híbridos.

Para una adecuada implantación, los sistemas de movilidad deben ser asequibles, económicamente viables, orientados a las personas y respetuosos con el medio ambiente, y para ello, la ONU apuesta por un enfoque integral e integrado para la formulación de políticas y la toma de decisiones.

Para alcanzar la ambiciosa meta de una movilidad sostenible en nuestras ciudades debemos desarrollar:

  • Sistemas de movilidad que recojan e integren diversas alternativas sostenibles para el desplazamiento, por lo que integrar el uso de la bicicleta e impulsar el desplazamiento a pie son acciones que se alinean perfectamente con otros ODS, ya que reducen el consumo energético (ODS nº 7), la contaminación (ODS nº 13), y ayudan a mejorar la salud de la ciudadanía (ODS nº 3).
  • Sistemas intermodales de movilidad, fundamentales para incrementar la cobertura y conectar áreas distantes en la ciudad y a sus poblaciones, garantizando un acceso asequible a los sistemas de transporte público como una poderosa herramienta para la inclusión de colectivos vulnerables.
  • Enfoques en la planificación urbana ya que muchas de nuestras ciudades siguen creciendo sin garantizar al peatón la debida infraestructura para acceder a los sistemas de movilidad, constatándose que en áreas urbanas construidas entre 1960 a 1990 a nivel mundial, el acceso peatonal a los principales ejes viales urbanos se ha reducido en un 20%, lo que es especialmente perjudicial para grupos más vulnerables por reducir sus oportunidades de inclusión en la ciudad.
  • Sistemas de movilidad seguros que reduzcan el número de víctimas por accidentes en la vía pública, contemplado como una meta del ODS nº 3, así como para hacer frente a otros aspectos, como puede ser el acoso sexual que padecen mujeres y niñas en el transporte público.

En resumen, para hacer de nuestras ciudades lugares más sostenibles y cumplir con el ODS nº 11, es crucial garantizar el acceso a la movilidad sostenible, dejando de considerar la movilidad solamente como un sistema cuya única función es transportar personas y bienes, para pasar a tenerla en cuenta como una poderosa herramienta que brinda oportunidades a las personas.

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