Continuación…
Pero, aunque la vida no me lo preguntará, no creas que deseo morirme. Necesitaría más de 100 años para vivir mi nueva vida! Aún me queda casi todo por hacer y por aprender en ella. Aún así, día a día estoy aprendiendo a amar de verdad y sin condiciones, para siempre! También estoy aprendiendo a elegir a quién quiero y a quién no, en mi vida; estoy aprendiendo a sentir desde dentro mi amor, sin tiempo ni distancia que interfieran y con paciencia, pues todo llega a su debido tiempo; estoy aprendiendo a encontrar el sentido a todo lo que vivo, ya sean luces o sombras; estoy aprendiendo a ser libre, como nunca antes lo había sido y a confiar en la propia vida!
Por eso me quedan muchas cosas por hacer y por lograr en mi vida! Y, aunque la vida hará conmigo lo que resuelva ella, solo espero que me permita vivir todo lo que merezco y espero! Al menos que me dé el tiempo necesario para vivir el amor y compartirlo cada día con quien amo! Descubrir el amor, compartirlo y darle sentido a lo que vives es una meta que jamás había pensado para mí, siempre había creído que debía luchar para ello! Y me siento bien -quizás por primera vez en mi vida- porque debo dejarla fluir, aunque a veces aún me cueste! Solo cuando soy capaz de vivir el hoy desde mi corazón, siento la paz y el amor, sé firmemente qué me hace feliz y veo la vida como una oportunidad… y eso es la única y poderosa razón para vivir, amar… y compartir la vida, ya plena!
Si hoy mismo me fuera de aquí, de este mundo, seguramente eligiría vivir lo que ahora vivo, tal cual es! Solo añadiría todo eso que sueño cada día, pero que merece hacerse realidad, aunque sea en un instante y sea el último de mi vida! Pero la muerte no anuncia su llegada, simplemente llega a nosotros y, como el amor de verdad, nos sorprende y, a veces, nos asusta! Quizás por eso y no por otra cosa debemos preparar la muerte mientras vivimos, pues tal como vivimos, morimos! Cada hora que pasa es una oportunidad para vivir y no seguir muriendo! Cada minuto que llega de nuevo a nosotros es un paso más hacia ese sueño que ansía hacerse realidad!
Pero, sin duda, me iré, me iré algún día, no sé si cercano o lejano! Y me iré despacio o rápido, no lo sé… solo sé que me costará irme en silencio y sin decir con mi mirada todo lo que mi corazón siente ahora, aunque mucho de ello ya está aquí escrito! Me iré desnudo, simple, vacío y vulnerable, tal como nací, pero ya habiendo intentado vivir con valor todo aquello que se me ofreció en la vida, algo que muy pocos logran! Morirse en paz es, entonces, el mejor deseo… aunque para ello haya sido necesario antes dejar de planear la vida y aceptarla como viene, sentir y vivir intensamente los momentos de felicidad y, siempre que sea posible, compartirla con amor, con quien más quieres!
Casi seguro que la muerte me cojerá de sorpresa, como a todos los que, queriendo vivir a cualquier precio, se niegan a abandonar este mundo viejo, insano e insensato! Pero, aún con todo, mi recién estrenado amor ha convertido en reluciente oro todo lo que me rodea, aunque queden muchas cosas por mejorar! Quizás para llegar a sentir el amor, primero tuve que aprender a estar bien atento y con el corazón bien abierto para dejar al amor entrar (¿o salir de él?) en mi vida, como nunca antes lo había hecho! Y apareció en forma de sueño, con todo aquello que yo siempre había soñado en mi soledad! Detalle a detalle, vi dibujado mi antiguo sueño de siempre y supe ver y sentir todo lo que durante media vida había buscado y no encontrado! Y una vez abierto mi corazón y redescubierto mi propio sueño, comenzó a brotar todo aquello que tenía en mi interior y supe que la vida me estaba invitando a hacerlo realidad!
La sensibilidad cómplice, el arte como vida y la vida como arte, la emoción incontenible, las palabras que salen del corazón, la mirada de mis niñas, los silencios hermosos y compartidos, la naturaleza y sus paisajes interminables entre árboles frondosos o las doradas arenas de playas inmaculadas, la música que serena el alma, contemplar la luna en silencio, ese guiño de amor precipitado, nervioso y provocador, el latido descontrolado del corazón ante la mera posibilidad del amoroso encuentro, esa mirada con caricia soñada y esperada, esas tardes lánguidas y paseadas, revolver el anticuario hasta que ese libro u objeto viejo te llama la atención, admirar sus ojos como si fueran luciérnagas que deseas te iluminen cada noche, reposar bajo un árbol y sentirse en comunión con él, mirar la lluvia tras una ventana o salir a chapotear en los charcos y morirse de la risa… son todas esas cosas por las que necesitaría miles, un millón de años con mi amor, con mi vida y gracias a todo lo que he aprendido en ella!
Pero la muerte no avisa, como tampoco lo hace el amor y la felicidad cuando al fin llegan! Solo hay que estar bien preparado para recibirla bien, como merece! Y, como el amor, la muerte te arranca un profundo suspiro, aunque esta vez sea el último aliento… que también deseas compartir con quien amas! Pero mi vida soñada -con mi muerte incluida- se quedará aquí, donde está ahora mi corazón… en el lago silencioso y plateado, a la luz de la luna iluminando el frondoso bosque; en las callejuelas de una ciudad milenaria, donde el arte y la historia nos recuerdan cómo hemos llegado hasta aquí; ante la belleza de su mirada huidiza, en la que vería reflejado para siempre mi rostro de felicidad… Pero, repito, la muerte no avisa y te sorprende, o sea que mientras pueda, seguiré viviendo mi sueño y soñando mientras vivo, que ese hermoso sueño se hará realidad pronto, aunque, si la vida me deja elegir, preferiría que fuera antes del día de mi muerte!
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