Aunque este destino ya estaba escrito, la NASA, responsable de la misión, ha preferido hacer una muerte asistida. El satélite impactará a una velocidad de 3,16 kilómetros por segundo en la cara oculta del planeta, es decir, la que da al Sol. Por lo tanto no podremos ver el impacto en tiempo real.
Este será el fin de la primera nave puesta en órbita alrededor de Mercurio, pero no significa que sea la última, ya que un trabajo conjunto entre las agencias europea y japonesa buscan lanzar al planeta más cercano al Sol una nueva misión. Messenger nos deja uno de los mayores descubrimientos en el estudio de los planetas rocosos, encontrar agua helada y posibles moléculas orgánicas en los polos de uno de los astros más extremos.