San Britto de Tréveris, obispo. 6 de mayo.
Britto también estuvo presente en el Sínodo llevado a cabo en su sede episcopal, en 384, en el que estuvo de parte de San Martín de Tours (11 de noviembre) en su intención de salvar al obispo Prisciliano, de quien el emperador Máximo, junto al obispo Itacio, quería la cabeza. San Martín insistió en que la excomunión pronunciada contra los herejes era más que suficiente castigo, y pensó lo había salvado, mas apenas se fue de la ciudad, los obispos lograron que el emperador Máximo ejecutara a Prisciliano y a sus principales discípulos, y además enviara órdenes a España para que se persiguiera y ejecutara a los priscilianos. La tortura le arrancó a Prisciliano una confesión, probablemente falsa, de prácticas impuras; y sobre esta base fue decapitado junto a otros seis. Otros fueron desterrados.
Britto murió a inicios de 385, al mismo tiempo que esto ocurría, por lo que nada pudo hacer, de hecho su persona no consta en la condena de Prisciliano. Fue sepultado en la iglesia de San Paulino (31 de agosto), donde aún se veneran sus reliquias. Su sucesor fue San Félix (26 de marzo), un laico prominente de la ciudad, alejado de los poderes temporal y eclesiástico.
Fuentes:
-https://heiligen-3s.nl
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
Santa Avia,
virgen y mártir
San Juan
"ante Portam Latinam"
San Francisco de
Laval, obispo
La Traslación
de San Mateo.