Es oficial. Portugal está en bancarrota y el ministro de Finanzas portugués solicitó ayuda a la UE para resolver sus problemas de deuda. La información no es una sorpresa y ya la habíamos advertido. El ministro de Finanzas dijo este miércoles que su país necesita un rescate financiero por sus fuertes deudas y por la dificultad que ha experimentado para recaudar capitales en los mercados internacionales. Portugal se convierte así en el tercer país de la eurozona con problemas financieros después de Grecia e Irlanda. Lo que viene ahora es hasta qué punto el problema portugués contagiará a la economía española, un país demasiado grande para ser rescatado.
La quiebra de Portugal era esperada por el mercado desde hace meses, dado el estado agónico de su economía y los fuertes temores al impago de su deuda. El fuerte incremento en el costo de la colocación de deuda lusa, que hoy superó el 9% a dos meses, precipitó el colapso. La quiebra implicará una serie de restricciones al país luso y una drástica aplicación del plan de austeridad, paradojalmente el motivo por el cual el primer ministo José Sócrates debió renunciar el pasado 23 de marzo al ser rechazado por el parlamento. El plan de austeridad y los recortes presupuestarios se impondrá ahora por ley y no habrá vuelta atrás. ¿Será España el siguiente país en ir a la quiebra? Lo cierto es que será en España donde se librará la batalla final por el destino del euro.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización