Es difícil cuando una persona cercana muere.
Como decía Gandhi, " creemos que jamás moriremos". Creemos que la vida nos depara un futuro incierto basándonos en el promedio de vida del ser humano, pero no es así.
No tenemos ni la más mínima idea de que eso es seguro. No sabemos si viviremos 100 años más, 50, 30, 10..., o 20 minutos. No sabemos siquiera si todo aquello que soñamos con lograr, con alcanzar, con todo aquello que hemos estado ¿esperando?, alguna vez tendremos la oportunidad de realizarlo.
La mayoría hemos vivir vida de moscas. Llegamos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Todo en 24 horas o 70 años, da lo mismo.
En mi caso acabo de perder a un familiar cercano. Sé que no soy el único que pasa por eso. Día a día sucede esto. Alguien muere. Muere un primo, muere una hermana, muere un padre, muere una abuela... muere un amigo.
Siempre será una persona que en algún momento haya representado algo para alguien. Porque vivimos en sociedad, en grupos. Siempre existe esa relación cercana que hace que sea difícil afrontar que alguien de ese grupo se va. De nuestro grupo, de nuestra familia.
Y quizás no sea difícil vislumbrar el hecho de que la muerte sea algo natural. Aceptarlo es lo difícil.
A veces, abrir los ojos nos cuesta trabajo, y es cuando alcanzamos a percibir de nuevo el sonido de las manecillas con mayor intensidad. El tiempo sigue corriendo.
No hay muchas opciones a la hora de morir. Te mueres sin que lo tengas previsto, salvo los suicidas.
Hay quienes comentan que a la hora de morir pasa tu vida frente a nuestros ojos en fracciones de segundo. Y no lo dudo. Imaginar todo aquello que nos hizo felices, tristes, las personas a nuestro alrededor, nuestros sueños, todo se vuelve tan claro. Posiblemente sea que nuestra mente nos traiciona y nos hace una reprimenda de ultimo momento, para que por última vez podamos recordar esto, y a la vez hacernos sentir más miserables por todo lo otro que jamás logramos ni lograremos. Como digo, todo producto de nosotros mismos, de nuestra mente.
No hay mucho que decir. La vida no es larga ni corta, como muchos dicen. Es producto de nuestros actos o de lo que logremos. Podemos vivir 90 años y no lograr nada. Podemos vivir 20 y hacer la diferencia.
Al fin y al cabo, somos cuerpos, y al momento de morir todos terminaremos contra el suelo, sin expresión, sin poder, sin dinero y quizás sólo existan los recuerdos y una pequeña autosatisfacción de fracciones de segundos, que algunos dicen, se repetirá una y otra vez, por toda la eternidad.