"¿Tiene sentido la masonería femenina en el siglo XXI? Ante la pérdida de valores, hay que redefinir las raíces espirituales y morales". La Gran Maestra de la Logia Femenina de España, Ana María Lorente Medina, defendió anoche en el Club LA PROVINCIA la necesidad de mantener activa esta Orden en España para continuar avanzando en lo que llamó "madurez femenina", cuyo proceso y según sus palabras, "es imparable".
"Cada mujer busca en la masonería su propia verdad, su propio conocimiento", explicó Lorente ante un aforo que cuestionaba a la máxima responsable de esta organización en España, cuál es su fundamento y creencia, formas de ingreso en la orden, y lo que parecía más preocupante para algunas de las mujeres presentes: el porqué del término obediencia que frecuentaba la conferenciante en su charla sobre la historia de la orden, su creación y penetración en España y en Canarias.
"Es un término que usamos para denominar a cada organización masónica, y no significa que como mujeres debamos obediencia a nadie", precisó Ana María Lorente. "Queremos ser mujeres construidas, lúcidas en sus posibilidades, firmes, libres y comprometidas", recordó la Gran Maestra, en respuesta al hecho de "haber estado sometidas y subordinadas durante milenios". Según dijo, no se trata de una organización dogmática o sectaria, sino que su principal referente es "un método sabio, rico y ancestral que se adapta a la arquitectura femenina".
Ana María Lorente está vinculada desde 1997 a la masonería femenina en España, apostando por "el crecimiento personal como forma de vida" para ser nombrada Gran Maestra desde 2009, en palabras de Carmen Morales, empresaria y responsable de la organización en las Islas desde su establecimiento en 2010.
La conferencia que anoche ofreció en el Club LA PROVINCIA con el título de Historia de la Masonería Femenina fue un recorrido histórico desde la génesis de la orden en la Edad Media, impulsada por un gremio de constructores para disponer de "lugares de conversación y convivencia", hasta llegar a la aceptación de la mujer en una sociedad creada por y para los hombres mediante la llamada "masonería de adopción", hasta llegar a su implantación en España ligada al empeño de intelectuales librepensadoras y vinculadas a los distintos movimientos de liberación de la mujer.
La primera Orden
En sus inicios, la masonería surgió como un espacio para "la especulación filosófica y el deseo filantrópico", para que llegado el Renacimiento y las corrientes humanistas derivar en que Lorente denominó "masonería especulativa". No sería hasta 1723, según dijo, cuando se fundara la Gran Logia de Inglaterra y se redactara una primera constitución de la orden "en la que se excluía a las mujeres". Una decisión fruto del estatus que disfrutaba entonces la mujer, similar al de un esclavo o siervo. "Primero pertenecía a su padre y luego al marido", puntualizó la Gran Maestra.
Hubo que esperar hasta 1862 para que los masones franceses aprobaran la adopción, la integración de las mujeres, y que daría pie a montar una orden paralela a las ya existentes. El movimiento tiene sus réplicas en Portugal. Y en 1945, la Gran Logia de Francia "da patente a la logia femenina". En España, de acuerdo al relato de Ana María Lorente, "la logia de adopción nace a principios del siglo XIX a instancias de la francesa como respuesta a las transformaciones sociales que exigen una respuesta de las mujeres, y nace con independencia de la masculina". Desde 1920, la situación cambia y "se abre la puerta a la igualdad masónica", que no tendría su Gran Logia hasta junio de 2005.
Las claves de la Orden Símbolos. La masonería surge como Orden en la Inglaterra del XVIII para con los siglos conformarse en una "orden iniciática y filosófica" que mediante el estudio de los símbolos a través de un ritual predeterminado, "facilita un procedimiento de crecimiento interno y de construcción personal". La mujer. La presencia de la mujer en la masonería ha estado ligada a movimientos de liberación de la mujer y en la lucha por la consecución de derechos civiles y sociales. En España, según la Gran Maestra de la Logia Femenina de España, "desde 2005 se abre una etapa" con la constitución de esta organización en Barcelona, a la que se deben el resto de las implantadas en España.
En Canarias. El arraigo de la masonería femenina en Canarias se remonta a dos años atrás, si bien desde principios del pasado siglo se tiene constancia de un movimiento asociativo de este tipo con una quincena de mujeres. Ésta no alcanza aún la categoría de logia. Los integrantes de esta organización responden ante la logia Stella Maris, de ámbito nacional e itinerante entre Madrid y Barcelona.
Fuente: LaProvincia. Diario de Las Palmas