Mismo trío protagonista, director y género que Perversidad pero menos fama, y aún así la supera en muchos aspectos. Lo principal es un guión más sólido y coherente, con un ritmo calmado centrado en definir los personajes y no impresionarnos con giros repentinos, aunque los haya. Por otro lado los actores demuestran su versatilidad, sobretodo Robinson, capaz de interpretar de forma creíble desde un mafioso sanguinario a un temeroso cajero, y en menor medida Joan Bennett, que con su peculiar belleza es capaz de conquistar a quien se le ponga por delante. Un alarde cinematográfico en forma y contenido que refleja multitud de inquietudes humanas mientras nos ponen en tensión con una apasionante intriga. Mi puntuación: 9/10