
En ocasiones las grandes desgracias permiten aflorar el genio latente. En el caso de Mrs. Gaskell la prematura muerte de uno de sus hijos fue el doloroso suceso que la llevó a buscar en la escritura un modo de escape a su desconsuelo. Así nació la escritora. Y La mujer de gris (The Grey Woman, 1861), historia de tintes góticos, es uno de los relatos escritos durante sus cerca de 20 años de fecundidad literaria. Mary Barton, Cranford, La prima Phillis, La casa de páramo, Hijas y esposas, Norte y Sur o la gran biografía, todo un referente, La vida de Charlotte Brontë. se encuentran entre las obras de la autora.
No es este uno de sus mejores relatos, a decir verdad, pero con la calidad suficiente para ser leída con agrado y deleite. Sus 89 páginas en la edición de Alba- Colección La mujer y el amor en la que se encuentra también, por ejemplo, Lugares comunes, de Christina Rossetti o La adúltera, de Theodor Fontane- se devoran de un tirón atrapando al lector en las intrigas y secretos que se esconden y en el incierto futuro de la joven, inocente y cándida protagonista.
La mujer gris es realmente una historia dentro de otra historia. Utilizando el recurso del viejo cuadro de una bella mujer que llama la atención a unos viajeros, conoceremos la trágica historia de la dama. Y lo haremos a través de una misiva de advertencia dirigida por la propia protagonista a su hija Ursula.
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Maravillosa la primera parte con la claustrofobia vivida por una mujer secuestrada en su propia casa, por su propio marido, que sabe que no es dueña de su propia vida, que se halla a merced de las decisiones y caprichos de otros... Se hace muy fácil comprender la apasionante y apasionada lectura que las mujeres de la época de seguro harían ante una situación tan aterradora pero desgraciadamente plausible. La segunda parte mantiene la intensidad, aunque quizá es demasiado predecible para el lector actual y esto le resta inevitablemente algo de fuerza.
Es interesante y merece la pena prestar atención a las transgresiones de clase y género que se evidencian en la segunda parte del relato y que no adelantaré aquí para evitar spoilers.
En conclusión, La mujer gris es una lectura ágil, viva, que atrapa y que recomiendo sin duda alguna. Gaskell no defrauda.
Puede leerse en castellano, en la edición de Alba, o en inglés en Project Gutenberg en ESTE ENLACE.
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