Revista Comunicación

La mujer y su lavavajillas, historia de un drama

Por Roales
La mujer y su lavavajillas, historia de un drama

Érase una vez, una damisela joven y guapa que se encontraba disfrutando en la tranquilidad de su hogar mientras le cantaba a los pajarillos y preparaba tarta de manzana para cuando sus hijos volvieran del colegio. La damisela, que resumía su día a día en cuidar a su familia y por tanto, en ofrecerles la mayor limpieza y comodidad; se enfadó mucho, muchísimo con su lavavajillas al ver que no le había dejado las copas secas.

¿No os mosquea cuando metes una copa en el lavavajillas y sale empañada o mojada? La de veces que me ha pasado eso.

Como iba diciendo, la dulce y sacrificada damisela le dijo al malvado lavavajillas: Y ahora, ¿quién te va querer? y se fue de la cocina dando un portazo. Pero la damisela no podía vivir así, abnegada y preocupada por su familia, no podía permitir que comieran en platos húmedos y sobre todo, no podía vivir así porque echaba de menos a su amigo el lavavajillas ( fue su regalo por navidades, de parte de su marido).

Así que, tras comprobar que había contratado la mejor tarifa de voz para ella y para los suyos, llamó a un técnico para que le revisara el electrodoméstico - porque hay gente que llama a un técnico cuando las copas le salen mojadas - y el hombre, con sus super conocimientos propios de gente que lleva pene, le solucionó el problema (como no podía ser de otra forma).

Y resultó ser que la damisela no estaba usando el producto adecuado- miles de consejos de la suegra tirados a la basura -, pero tras la conversación con alguien que realmente maneja del tema, la damisela supo lo que tenía que hacer.

Muy arrepentida por haberle gritado al lavavajillas, teniendo en cuenta que le aliviaba la carga de fregar los platos todos los días, se acercó a su querido electrodoméstico, dándole un tierno abrazo; y dijo:

- Lo siento.

El lavavajillas la perdonó, porque en el fondo solo buscaba lo mejor para su familia, y a día de hoy disfrutan de una hermosa relación ama de casa-lavavajillas. Son los mejores aliados.

Gracias, nueva campaña publicitaria de Finish, por demostrar una vez más lo igualitaria que son vuestras campañas de publicidad y recordaros que los años 50 fueron hace 65 años. De nada.

Un beso. (Y ahora me voy a abrazar la fregona un rato, como mujer que soy).


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