La ciudad de Munich, capital de Baviera, conserva aún la gloria de sus tiempos pasados, cuando Baviera era un poderoso y rico estado. Sus monarcas hicieron construir castillos tan impresionantes como Neuschwanstein o el que hoy nos ocupa, la Munich Residenz, situado en la propia ciudad.
Este palacio fue la residencia de los monarcas de Baviera desde el siglo XIV hasta finales del XIX. En este período tan largo se hicieron muchas reformas, y del estilo gótico inicial se pasó al renacentista, el barroco, el rococó y finalmente el neoclásico. El aspecto actual de la fachada es obra del arquitecto Leo von Klenze, que se inspiró en el Palazzo Pitti de Florencia (las semejanzas son evidentes al comparar ambos edificios).
Al contrario que los castillos de campo, cuyo aspecto exterior resulta más vistoso, este es un palacio urbano integrado en el estilo de la ciudad. Pero su severo aspecto exterior no debe engañarnos, ya que por dentro es uno de los más impresionantes de Alemania, el más grande de tipo urbano que encontramos en el país, y alberga la colección de arte y tesoros más importante del antiguo estado bávaro.
La Munich Residenz es hoy un museo abierto al público. Se pueden visitar 130 estancias entre apartamentos reales, patios, espacios públicos, etc; decoradas con multitud de obras de arte y mobiliario procedente de las colecciones de los monarcas bávaros. Dos lugares particularmente impresionantes son los largos corredores conocidos como el Antiquarium y la Galería Ancestral. Es una visita que puede llevar fácilmente todo un día, si quieres disfrutarla a fondo.