La musa de París, Misia Sert (1872-1950)

Por Sandra @sandraferrerv

Misia Sert pintada por Renoir

Escritores, pintores, compositores, nombres destacados del mundo de la cultura y el arte de principios del siglo XX conocieron en algún momento a la polifacética Misia Sert. Musa e inspiradora de artistas fue también el corazón de un conocido salón artístico y literario en París y mecenas de las artes. Su rostro ha quedado grabado en los lienzos de pintores como Toulouse – Lautrec o Renoir y su personalidad inscrita en los personajes que buscaron el tiempo perdido en el clásico de Marcel Proust. Su vida personal fue un constante desengaño amoroso y un continuo desenfreno sentimental. Misia Sert fue sin duda una de las mujeres clave del mundo del arte del siglo pasado; fue la auténtica musa de París.
La profesora de piano Olga Maria Zofia Zenajda Godebska nació el 30 de marzo de 1872 en Tsarskoye Selo, cerca de la entonces capital rusa, San Petersburgo. Su padre, Cipriano Godebski, era un conocido escultor de origen polaco que se ganaba la vida como profesor de la Academia Imperial de las Artes de la capital. Su madre, Zofia Servais, de origen ruso-belga, tuvo que soportar las constantes infidelidades de su marido. Maria Zofia no llegó a conocer a su madre, quien murió tras traerla al mundo. 

Misia Sert pintada por Renoir

La pequeña Maria, conocida cariñosamente por los suyos con el diminutivo Misia, se trasladó a vivir con sus abuelos maternos a Bruselas. Su abuelo, un violonchelista belga llamado Adrien-François Servais, la introdujo en un refinado ambiente musical con amigos de la familia de la talla de Franz List. Misia se convertiría pronto en una destacada pianista.  Su infancia más o menos feliz al lado de sus abuelos se vio truncada cuando su padre, casado desde su viudedad en varias ocasiones, decidió llevarse a su hija a vivir con él y su última esposa a París. Pero Misia no convivió mucho tiempo con ellos al ser internada en el convento del Sagrado Corazón. Cuando tuvo 15 años consiguió huir del convento y de su padre y empezó a vivir de manera independiente ganándose la vida como profesora de piano y dando conciertos. Los amores de la musa Tenía 21 años cuando Misia se casó por primera vez con Thadée Natanson, primo lejano suyo. Thadée, político y periodista, fue el fundador de la Revue Blanche, una publicación dedicada a descubrir a nuevos talentos artísticos. El hogar de la pajera se convirtió en un conocido círculo literario al que asistían asiduamente pintores como Claude Monet y Pierre-August Renoir, escritores como Marcel Proust y André Gide o compositores como Claude Debussy. Su anfitriona fue pronto admirada por todos ellos.

Misia Sert pintada por Toulouse-Lautrec

Toulouse-Lautrec utilizó a Misia como modelo para muchos de sus carteles publicitarios y para algunos de sus lienzos, como otro gran pintor, Renoir. Marcel Proust se inspiró en ella para algunos de los personajes de su conocida obra “En busca del tiempo perdido”. Y así, muchos de los nombres propios del arte del París de principios del XX tuvieron en Misia una fuente de inspiración.

Portada de la revista
La Revue Blanche
en la que Toulouse -Lautrec
inmortalizó a Misia Sert

El matrimonio de Misia con Thadée duró poco más de 10 años. En 1903, la señora Natanson se convirtió en amante de Alfred Edwards, un magnate de la prensa que ayudó a su esposo a promocionar su Revue Blanche. Dos años después, divorciada de Thadée, Misia se casaba con Alfred. Misia continuó organizando los encuentros artísticos pero esta vez como su principal anfitriona. En esta ocasión, la infidelidad vino de la mano de su esposo y en 1909 terminó su segundo matrimonio. En 1920 Misia se casó por tercera y última vez, en esta ocasión con el pintor español Josep Maria Sert. Misia se había convertido en una gran mecenas de las artes, en un nombre indispensable para la vida bohemia y de la alta sociedad de París. Con Coco Chanel como una de sus amigas inseparables, Misia vivió un tiempo de fiestas y desenfreno. Su vida pública terminó tras la muerte de su esposo en 1945. Cinco años después, el 15 de octubre de 1950, moría en París la que fuera una de las mecenas, musas e inspiradoras de las obras de arte pictóricas, literarias y musicales más importante de la historia del siglo XX.  Si quieres leer sobre ella París era Misia, Isabel Margarit