LA LENGUA DE LOS SABIOS ESTÁ EN SU CORAZÓN; LA DE LOS NECIOS EN SU BOCA. Eclesiastés
El Sol saldrá a las 6 h. se pondrá a las 18.06 h.
Es conocido que los músicos tienen más facilidad para aprender idiomas. Ello es debido a que su oído está acostumbrado a escuchar un rango de frecuencias más amplio que el que usamos en el habla. Nos llama la atención cómo ciudadamos de algunos países de Europa en seguida aprenden el castellano y lo hablan con un acento perfecto y cómo, en cambio, a los británicos o franceses siempre se les nota su lugar de procedencia. El motivo es que ,simplemente, los primeros utilizan en su lengua vernácula unos rangos de frecuencia en los que se incluye los del castellano, mientras que para los segundos esto no ocurre.
Puede llamar la atención cómo las personas que tienen educado el oído en la música son capaces de discernir, por cómo les suena, si lo hablado en un idioma extranjero está correctamente expresado. Por otra parte, los niños que desde la infancia son escolarizados en sistemas de enseñanza basados en la inmersión en lenguas que desconocen, quizás puedan manifestar un pequeño retraso en el inicio del lenguaje e incluso, al principio, mezclarán las palabras en los distintos idiomas, pero no obstante, pronto aprenderán a discernir correctamente el ámbito en los que deben ser utilizadas.
Los informes Pisa en el estado español y los índices de fracaso escolar certifican que los mejores datos los aportan las comunidades en las que la enseñanza es bilingüe e incluso trilingüe. En estas comunidades no es raro encontrarse con niños que además aprenden un idioma extra por vía familiar. Es el caso de muchos emigrantes o familias que conocen otros idiomas y hacen de él la lengua materna.
Asociar el aprendizaje de los idiomas a disponer de un buen oído musical es un acierto que debiera ser tenido en cuenta en los sistemas de enseñaza. Detrás de muchos fracasos en los aprendizajes de otras lenguas se encuentra una incapacidad para discernir tonos y frecuencias (dicho de otra manera: tener en la oreja una zapatilla o pensar que va a llover a cántaros si se canta) así como para reproducirlos.