Este agosto se vaticina extraño, en ese silencio que agota mientras la oscuridad envuelve con su manto el todo.
Un sin sentido para el raciocinio humano que discrepa entre el aniquilamiento de la humanidad y no precisamente por ese virus extraño que nos han dejado unos científicos imprudentes y la ascensión de un nuevo eslabón en esa cadena que nos mantiene esclavizados al no ser que nos embarca diariamente en otros menesteres que no son los adecuados ni los esperados.
La espera desesperante de una llamada inconclusa hacia la luz, un comunicado erróneo que nos acerca vertiginosamente al filo del precipicio.
Un susurro que te envuelve y te empequeñece mientras la bruma te envuelve y todo desaparece ante tu mirada.
La nada...
María José Luque Fernández.