Hemos subestimado el poder de olfateo que si el hombre mantiene en desuso, el resto de animales usan como sentido prioritario para sobrevivir y desenvolverse mejor en un medio lleno de constante peligros. La ciencia está a punto de asumir la importancia que tiene el olfato y ha reconocido que podemos oler el peligro antes incluso de que nuestro cerebro lo identifique. El hallazgo no sólamente nos asimila todavía más al resto de las especies, sino que tiene muchas implicaciones en materia de salud y psicología. Y por supuesto, del marketing, que parecía ya el único en darse cuenta de su valor.
El riesgo se puede “olfatear”, antes incluso de que la información de un olor vinculado al peligro sea procesada por el cerebro. Esto es lo que ha revelado un estudio con ratones realizado por neurocientíficos de la Universidad de Rutgers (EEUU). Sus resultados podrían ayudar al desarrollo de nuevas terapias contra los trastornos de ansiedad de los seres humanos.
Se pensaba que nos asustamos de un olor -como una fuga de gas- sólo después de que la información sobre el aroma sea procesada por nuestro cerebro.
Esta nueva investigación podría ayudar a entender mejor enfermedades como el trastorno por estrés postraumático, en el que existen sentimientos de ansiedad y miedo, a pesar de que una persona ya no está en peligro, provocados simplemente por un olor o una sensación.
Fuente: Tendencias21
Evidencias científicas las había, aunque por alguna razón, los científicos se muestran reticentes a asumir los resultados de las investigaciones realizadas. El olor siempre ha sido considerado como un estímulo revelador para los animales, y tal es su importancia que, por algo será que la aromaterapia se esté extendiendo exitosamente como una terapia alternativa para curar diversos males, y especialmente trastornos psicológicos, como la ansiedad y el estrés. La aromaterapia es una terapia no invasiva, indolora y con muchos menos efectos secundarios y contraindicaciones que muchos fármacos químicos.
No debería sorprendernos tanto. Todos hemos sentido un inexplicable placer cuando llegado a casa y hemos olido el delicioso pastel o guiso de la abuela o la madre, y por supuesto, es tradicional el recurso afrodisíaco de la canela. Nadie podrá negar, por científico que sea, que el olor a chocolate no es capaz de hacerle perder la cabeza. Y, desde luego, los perfumes si se venden tanto, por algo será. Pero no sólo un perfume, todo a nuestro alrededor está perfumado, y cada olor tiene connotaciones propias.
Incluso en el ámbito de las plagas y el control ecológico, podemos encontrar productos que aseguran mantener las ratas y ratones alejados porque contiene orín de gato y el roedor puede así oler el peligro y ni se acerca. Y ni qué digamos de las hormonas, y esos elixires para provocar atracción ante el sexo opuesto. Oler el peligro, oler el placer, e incluso la familiaridad se huele un olor característico y único en tu hogar. Y si tienes dudas, pregunta a tu perro o gato, ¿a qué huele tu hogar?