La narrativa de posguerra en Extremadura

Publicado el 14 diciembre 2014 por Moisés Moisés Cayetano Rosado @MoisesCayetanoR

La narrativa de posguerra en ExtremaduraVer texto completo en:http://www.dip-badajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_LXX/2014/T.%20LXX%20n.%202%202014%20mayo-ag/72428.pdf(pg. 10047-1096. Tomo II, 2014)SIMÓN VIOLA MORATODoctor en Filología Hispánica. UEx.simonviola@gmail.com
(Fragmento. Pgs. 1061-1062)Un relato de Moisés Cayetano Rosado, Las moscas(premio “Felipe Trigo” de 1985, publicado por la editorial Universitas en 1987)puede ejemplificar la coexistencia del realismo social con otros enfoquesnarrativos. Aunque contada en tercera persona por un narrador omnisciente,nos encontramos ante una de las narraciones más fieles el modelo “canónico”de narrativa social. En él se nos relata un día en la vida de dos seres desvalidos:Miguel, el niño huérfano y apocado, sometido a la tiranía de un maestro déspotay a las crueldades infantiles, y la tía Adela, la mujer viuda que lo ha recogido.La reducción temporal (un día) y espacial (la casa, la panadería, la escuela)permite vislumbrar la atonía de días repetidos similares al que se nos narra, enque, por lo demás, tampoco “sucede nada” (una ausencia de episodios novelescosobligada en bien de la verosimilitud, pues de lo que se trata es de reflejarla vida rutinaria de unos seres insignificantes en un entorno real). El carácterhuraño de la mujer y pusilánime del niño queda reflejado en unos diálogos quetrazan, sin otros apoyos, el perfil de los personajes, en los que se adivina,aunque no esté expreso en la superficie del relato, aquellas familias rotas de losaños de posguerra (un niño huérfano, una mujer viuda), al tiempo que un estilotransparente, casi de crónica, centra la atención del lector sobre los contenidosantes que sobre su expresión formal.“El olor de las pringadas llega hasta la calle. Miguel lo sabe porquecuando pasaban las comadres hacia la churrería lo confirmaban. “Ya estáAdela friendo las pringadas”. El tono no tomaba partido, sólo narraba elhecho como era. A veces, eso sí, alguna aventuraba: “es una lástima, un niñotan pequeño y en esa casa solo”. Y Miguel no entendía: ¿acaso no eran dos?,¿no estaba la tía en el fogón?– Venga, venga, repasa un poco las lecciones.El niño sacaba la libreta y la cartilla, garabateaba las letras y estudiala tabla en medio de los pasos de la tía, que refriega los tazones y escurre lasartén.– Hay que ser un hombre de provecho – le decía.”Para consultar un estudio sobre NOVELAS Y NOVELISTAS EXTREMEÑOS,de Gregorio Torres Nebrera, donde se analiza mi novela LAS CUATRO DE LA TARDE,