Aun cuando se tiene en cuenta el vital desarrollo que ha sufrido la narrativa y su aplicación a diversos estudios académicos, más que todo en las áreas sociales, en donde se llevan a cabo procesos de investigación, se puede afirmar que, la práctica de la narrativa como técnica o método de investigación, no es muy común (Blanco, 2011)
De este modo, afirmar que la narrativa no es muy empleada en el campo investigativo, sonaría contradictorio, ya que para los académicos del área social, que en su mayoría están enfocados en lo cualitativo, realizando trabajos de campo con etnografía, utilizan implícitamente el recurso de la narrativa (Blanco, 2011).
Por lo tanto, podemos decir que, en el terreno de la investigación narrativa, no se cuentas con parámetros bien definidos, donde se pueda apreciar como una metodología, sino que se presenta como un cruce con otras disciplinas, siendo esta una manera diferente de estudiar y analizar el mundo y su realidad (Blanco, 2011).
Podemos diferenciar a la narrativa del quehacer tradicional de las ciencias sociales, porque el narrar o contar una historia, no se debe considerar como un aspecto más para poder completar un proceso de investigación, sino que se conforma como un método de investigación (Blanco, 2011).
En los últimos años, la narrativa ha ganado terreno en las investigaciones cualitativas, contribuyendo al entendimiento de la vida humana, desde una perspectiva distinta, donde se presenta la información y la construcción del conocimiento de una nueva forma (Blanco, 2011). Como lo detalla Blanco (2011) y especifica que “la investigación narrativa está dirigida al entendimiento y al hacer sentido de la experiencia”.
Referencias bibliográficas
– Blanco, M. (2011). Investigación narrativa: una forma de generación de conocimientos. Recuperado de: https://goo.gl/mgubPc
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