Escolares disfrutando de la cercanía de la naturaleza en una de las rutas de Aver Aves de este curso
Javier Rico
Un análisis científico de 140 estudios que involucran a 290 millones de personas de veinte países, España incluida, concluye que vivir cerca de la naturaleza o pasar tiempo cerca de ella (la urbana incluida) tiene importantes y amplios beneficios para la salud. Por supuesto esta máxima nos la aplicamos a fondo en Aver Aves con los escolares y coincide en el tiempo con la eliminación de la re-naturalización de un tramo del cauce urbano del río de Manzanares, un paso atrás para seguir administrando medicina natural.
En este blog, desde sus inicios, no nos cansamos de destacar los continuos estudios que se publican y demuestran el efecto saludable que supone vivir cerca de la naturaleza o visitarla con frecuencia. Los “baños de bosque”, cuya propuesta se originó en Japón (shinrin yoku), cada vez toman más protagonismo como alternativa natural para sanar variadas enfermedades.
“Descubrimos que pasar tiempo en espacios verdes naturales o vivir cerca de ellos se asocia con diversos y significativos beneficios para la salud. Reduce el riesgo de diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, muerte y parto prematuros y aumenta la duración del sueño. También reduce la presión arterial diastólica, la frecuencia cardíaca y el estrés”.
Este año hemos comenzado a salir con peques de infantil para que gocen y sientan el placer de aprender entre árboles y aves
Son palabras de Caoimhe Twohig-Bennett, la autora principal de la última investigación en este campo, realizada por un equipo de la Escuela de Medicina de Norwich de la Universidad de East Anglia (Inglaterra). “Recopilamos evidencias de más de 140 estudios que involucraron a más de 290 millones de personas de veinte países para ver si la naturaleza realmente beneficia a la salud”, explica Twohig-Bennett.
El equipo que encabeza esta investigadora comparó la salud de las personas con poco acceso a espacios verdes con las que tienen una mayor exposición. Definieron el “espacio verde” como un terreno abierto y sin urbanizar, con vegetación natural, así como espacios urbanos, que incluían parques y zonas verdes en las calles.
Estudiantes del IES El Espinillo de Villaverde recibiendo una buena dosis de medicina natural gracias a Aver Aves, y al lado de su centro escolar
Ya sabéis que uno de los objetivos de Aver Aves es que niñas y niños de cualquier edad conecten con la naturaleza que les rodea. La observación y escucha de las aves es una de las “medicinas” que les proponemos que tomen, pero también el tacto, el olor y el color de los árboles, el discurrir de una corriente de agua, la importancia de ese descampado lleno de malvas, margaritas, amapolas y cardos…
Repetimos aquí unas frases, que ya reflejamos en su día, de José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental, cuando menciona la incidencia del trastorno por déficit de naturaleza en la infancia y la adolescencia: “entre las patologías cuya incidencia se ha incrementado notablemente se menciona la obesidad infantil, el asma, los trastornos por déficit de atención e hiperactividad y la hipovitaminosis D (déficit de vitamina D). Todas estas patologías están relacionadas con un patrón de sedentarismo que caracteriza la vida actual en prácticamente todos los sectores socioeconómicos, y sobre todo en las ciudades”.
Escolares del CEIP Sagrado Corazón de Getafe se emocionan y preguntan ante las evoluciones de los ánades azulones
Por su lado, Twohig-Bennett apostilla: “esperamos que esta investigación motive a las personas a salir más y sentir los beneficios para la salud por ellas mismas; y que nuestros resultados alienten a los diseñadores de políticas y urbanistas a invertir en la creación, regeneración y mantenimiento de parques y áreas verdes, particularmente en áreas residenciales urbanas y comunidades desfavorecidas que podrían beneficiarse al máximo”.
Este último párrafo nos lleva a recordar la desafortunada decisión de volver a represar el agua del río Manzanares en plena ciudad de Madrid y eliminar la re-naturalización que se había conseguido en casi dos kilómetros de cauce.
Estos peques, entre otros muchos, disfrutan con la avifauna presente ahora en Madrid Río
Mientras una campaña en Change.org emprendida por la periodista Rosa Tristán intenta revertir este desatino y no pasamos por alto la importancia per se que tiene para la biodiversidad la re-naturalización, sufren su pérdida el vecindario y otras personas asiduas de este tramo, que “se medicaban” con la vegetación que de nuevo arropaba al río, con el corretear de las crías de gallinetas comunes y ánades azulones o con del suave discurrir de los barbos.
No negamos los derechos que tienen las personas que practican el deporte del remo y por las cuales se ha vuelto a estancar el agua, pero, tras seis años de experiencia con Aver Aves y con decenas de visitas a Madrid Río, la mayoría con escolares, aseguramos que un río con espadañas, juncos, sauces, martines pescadores, garcetas y barbos alegra mucho más el ánimo, hace mirar más hacia el río y permite que las personas se integren con el entorno. En definitiva, aporta salud, y eso es un derecho fundamental.
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Contacto: venteaveraves@gmail.com / 617 47 80 17