LA NAVIDAD, AYER Y HOY EN RUMANIA, desde PERÚ, por Florina Nicolae

Por Joseantoniobenito

LA NAVIDAD, AYER Y HOY EN RUMANIA

Florina Nicolae, Embajada de Rumanía

Agradezco a la Dra.Gloria Cristina Flórez al sugerir mi nombre a los miembros del Instituto de Investigaciones y Estudios Socio Territoriales, quienes han tenido  la amabilidad de invitarme a participar en el Seminario La Navidad en el Perú y en el mundo.

Es un tema que me llena de nostalgia y, a la vez, de alegría. Hay algo de mi infancia que me trae sabores y sonidos que  se encuentran cada menos en mi país, como una historia que pierde parcialmente la autenticidad por ser solamente un cuento y no un acontecimiento vivido en el presente. Si voy a mencionar algunas actividades y eventos típicos de este periodo del año, será pues en el pasado. Voy a contar que "cuando era niña…"

El esplendor de nuestras tradiciones – y voy a enumerar algunas para que lo constaten ustedes mismos – se está perdiendo paulatinamente. No lo lamento solo por mi país,  sino por el mundo en general. ¡La invasión de la televisión mata! Es con gran tristeza que lo afirmo. Los nietos ya no hacen como los abuelos, sino COPIAN, IMITAN hasta al ridículo los "modelos que lucen" (y uso las comillas) en la pantalla. Obviamente hay otra especie de sincretismo, pero se llega hasta la eliminación de la tradición verdadera. Ya se ha superado casi la primera fase de acomodación – cuando se guardan los valores de la propia cultura original – y estamos viviendo el proceso de asimilación, aceptando sin razón todo lo que se nos propone.  Además el comercio y los intereses económicos nos asaltan con agresividad y nosotros aceptamos gustosamente. Hay estadísticas sobre las paranoicas compras de este periodo del año: acumulamos cantidades de colores brillantes, sabores incitantes, tecnologías abrumadoras, sonidos estridentes. Ya se sabe que la figura del viejo en rojo – Papa Noel -   con su saco de regalos ha sido una invención comercial de una empresa norteamericana de gaseosas. Y ahora la encontramos – esta figura - por todo el planeta, es decir también en Rumania, con un nombre  típicamente rumano, Mos Craciun, pero nada de típico en su actitud y  en el contenido de su saco.

La historia de cada uno de nuestros países ha registrado momentos de combinaciones de tradiciones,  de sincretismos culturales y religiosos, eliminando o añadiendo valores. El Perú ha vivido dramáticamente el cambio de las tradiciones precolombinas con la llegada de los españoles y del  cristianismo. El sincretismo ha continuado con los contactos e intercambios culturales con los esclavos africanos, los inmigrantes de origen europeo o asiático y,  también hoy en día,  continúa con influencias norteamericanas o de otras regiones. Ustedes, los peruanos lo saben mejor, cuando festejan la Navidad o el halloween. 

Las secuencias del sincretismo en mi país son igualmente largas.

En el primer siglo después de Cristo, los rasgos de Zamolxis – la divinidad única de los antiguos dacios (Dacia se llamaba mi tierra antes de la llegada de los romanos) – se unieron con los aspectos de los múltiples dioses del imperio invasor.

Todos los encuentros de culturas y los eventos impactantes registrados ulteriormente por la historia han fundido otros elementos en su lava incandescente, puesto que hay que buscar siempre una "política" y una lucha detrás de cada sincretismo de civilizaciones. Lo que se ha perpetrado hasta la mitad del siglo XX es una cultura polifacética, pero bastante unitaria, con pocas diferencias entre las regiones que forman Rumania.  Una de las explicaciones es la perfecta unidad lingüística en todo el territorio.

Es la cultura que he conocido yo misma en los últimos decenios del siglo pasado, son las tradiciones que me han fascinado y que despiertan nostalgias y dulces recuerdos.

En mi país, que es de mayoría cristiana ortodoxa, no hay solo las fiestas de Navidad en este periodo, sino un complejo de celebraciones que moviliza prácticamente a todas las comunidades. En los meses de invierno, cuando en Rumania suele ser muy frio y a veces hay bastante nieve, las fiestas empiezan  el 6 de diciembre, el día de San Nicolás, Sfantul Nicolae  en rumano, y terminan el día 6 de enero con Boboteaza o el bautismo de Cristo, que coincide con la epifanía aquí en el Perú y en todo el mundo católico.

¿Quién fue San Nicolás? Conocido en el Este de Europa como San Nicolás de Myra y en los países del Oeste como San Nicolás de Bari, fue un obispo que vivió en el siglo IV. Un santo que protege a los niños y a los marineros y que ha suscitado un gran afán por practicar la caridad sin ser visto. 

Cuenta la tradición cristiana que, una noche, él arrojó monedas de oro por la chimenea de un hogar para  que las hermanas jovencitas de aquella casa pudieran tener la dote necesaria para casarse.  La casualidad hizo que las monedas cayeran en las botas que las muchachas tenían puestas junto a la chimenea y así nació la tradición de colocar, al lado de la chimenea o de las ventanas, los calzados limpios, preparados para recibir dulces u otro tipo de regalo. Puedo confesarles que, primero de niña y después como madre, he guardado muy lindos recuerdos  de esa noche muy especial y de mucho encanto. ¿Qué recibirán hoy los niños? Probablemente juguetes propios de la tecnología moderna, carritos automáticos, celulares, pistolas, prendas de adultos en pequeñas dimensiones. He visto una niña de 12 años que ha recibido zapatos con tacones altos. Caminaba, pobrecita, como una mini jirafa en un  pantano.

Obviamente, la fiesta más importante, sin lugar a duda es, como en el Perú, la Navidad.Sea como fuera, la verdad es que en Rumania las celebraciones navideñas son muy populares, aunque en la actualidad, en este mundo en parte desacralizado y secularizado, se ha perdido mucho de su significado religioso. Por ejemplo el globalizado Papa Noel, durante el periodo comunista (1944 - 1989) no se llamaba Mos Craciun, que viene del latín Creación  (el anciano que hospedó a la familia sagrada) sino MosGerila (el anciano que trae el frio), para eliminar cualquier referencia cristiana.

Por supuesto, la figura del viejito vestido de rojo que distribuye regalos es una invención bastante reciente.Se le llama ahora Santa Claus, tal como se dice en ingles. Pero este es el nombre de San Nicolás del cual hemos hablado anteriormente,  que venia  de Sinterklaas, su nombre en  holandés, cuando un grupo importante  de  inmigrantes de este país  vivía en lo que hoy es Nueva York  y en aquel entonces  se llamaba Nueva Amsterdam.

En cuanto a las representaciones creadas por San Francisco de Asís, conocidas como Belen o Nacimientos, no existenen los países ortodoxos y este tipo de imágenes artísticas y de culto no existen en Rumania.

No obstante, otra tradición casi universal que es el árbol de navidad empezó a difundirse en mi país tardíamente. Es una costumbre más profana que religiosa (¡donde nació Jesús Cristo no había pinos o abetos!).Obviamente es agradable y alegre ver las luces, los adornos, los colores y los regalitos en el árbol. Pero, lamentablemente, en mi país se sacrifican miles de arbolitos para esta fiesta. ¡Una verdadera masacre! En mi casa siempre había uno, pero paulatinamente lo hemos sustituido con uno artificial. Ya no hay el olor fresco de resina, pero en cambio has salvado la vida de una planta y… del planeta. Me refiero a los temas de la COP 20.

Volviendo a nuestro tema, quiero decirle que la tradición más colorida es la de los COLINDE, cuando los niños van por las casas de los familiares, amigos y vecinos, cantando villancicos y recitando poesías y leyendas durante la temporada navideña. El chico mayor del grupo lleva una estrella de madera, en rumano steaua, que está cubierta con papel brillante,  y decorada con campanas y cintas de colores. Simboliza la estrella del Evangelio que vieron los reyes magos en búsqueda del Mesías que bajó a este mundo en un establo. Exactamente esa estrella es evocada en el cantico de los niños que manifiestan su alegría e ilusión al recibir un regalito.

En cambio, en la Noche Vieja (ANUL NOU), grupos de niños solían ir – hace mucho tiempo - de casa en casa, con un arado tirado por bueyes adornados. Ahora la costumbre es que los jovencitos solo visitan a los vecinos, interpretando  un canto que se llama Plugusor, es decir, el nombre del arado que simboliza la fertilidad, e invocan un año próspero para los agricultores. El canto se complementa con latigazos y sonidos de campanas y se recita un poema especial, que describe las etapas de crecimiento del trigo hasta la cosecha y termina con los mejores votos para los anfitriones en el año que empieza aquella noche misma.

Las fiestas continúan el día siguiente, el primero de enero, con otro villancico llamado "Sorcova", que es una recitación muy ritmada por los más pequeños, quienes hacen los mejores votos a todas las personas que los escuchan para que  sean jóvenes, saludables y fuertes.

Durante los primeros días del año nuevo, desde el 1° hasta el 6, los sacerdotes de las iglesias ortodoxas recorren toda la aldea de los parroquianos celebrando el bautizo de Jesús por San Juan. En una especie de breve ceremonia ritual, bendicen las casas, salpicando en forma de cruz, con albahaca mojada en agua, las  cuatro paredes de cada habitación y la cabeza de los creyentes.

Pero antes de hablar más sobre estas fiestas  me gustaría decirle algo sobre la comida que se prepara en estos días y de las tradiciones gastronómicas rumanas

Las madres solían preparar COZONAC un sabroso panetón, que es un pan dulce, relleno de frutas secas, pasas y nueces.  Mi madre lo cocinaba  en un horno de leña, uno o dos días antes de la Navidad. Hoy en día, muy pocas madres hacen el esfuerzo de trabajarlo en casa, cuando en la tienda, con poco dinero pueden comprarlo ya colorido, lleno de aromas y … aditivos.

Después – para que esté fresca  ("pan de ayer, carne de hoy y vino de antaño", dice un refrán español) - se cocina la comida, que,  como aquí en el Perú, ha de ser especial, ya que toda la familia se reúne para la fiesta. El proverbio italiano Natale con i tuoi Pascua con chi vuoi,  pasar las fiestas de Navidad con sus familiares, y la Pascua con quien quieras – pienso que es válido por todas partes, ¿verdad? Se preparaban los más sabrosos y incluso ahora - como Marcel Proust en su novela En busca del tiempo perdido - siento en la boca aquella sensación, aquel sabor inolvidable de unos platos específicos de carne de cerdo o de los pasteles caseros. 

Y aquí hay que mencionar otra tradición típica. El cerdo  se mata una semana antes de Navidad, en una clase de ritual muy antiguo, una tradición que se ha guardado durante siglos. Bueno, ahora la carne se encuentra a buen precio en la tienda. ¡No hacemos comentarios  sobre la calidad!

Existen varios tipos de preparados con la carne de cerdo como los "mititei" o "mici" (unas  pequeñas salchichas sin envoltura) que se cocinan a la brasa, mientras se toma el aguardiente de ciruela. El plato favorito y añorado es "sarmale". Este plato se cocina con hojas de col fermentada, rellenas con una combinación de carne de cerdo y carne de vacuno, junto con arroz, pimienta, tomillo y otras especias. Se cuece lentamente durante horas y se completa con polenta y un poco de crema de leche. ¿Vamos a comer? O dejamos para la fiesta de Navidad. Obviamente en Rumania.

Una pareja, personas muy buenas, merecedoras del último don de la gracia de Dios, llegaron juntas al Paraíso. Mucho mas de lo que se imaginaban ya antes, y como imaginamos nosotros ahora, por todas partes  había flores, luz, paz y bien. Encontraron también a todos sus amigos, porque  las personas buenas tienen amigos buenos y continúan su amistad en el Paraíso. Se escuchaba excelente música, y dicen los que volvieron  aquí para contarnos, que los ángeles tocan y cantan Mozart entre sí, y delante del trono divino, Bach. Obviamente, los ángeles responsables de la zona andina, que reclutan los buenos de estas partes, tocan "El cóndor pasa" Al ver todas estas maravillas, el esposo dijo a su querida, con ligero enfado (los buenos no se enfurecen): ¡Mira tú, cuanta belleza y  qué esplendor!  Habríamos podido llegar aquí desde ya hace más de 10 años. Pero tú, en todo y en cualquier momento o lugar insistías:  "¡coma sano, coma sano!"

Bueno, pues ustedes van a decidir en estas fiestas navideñas y en las  de los proximos años si quieren escuchar El Condor pasa aquí o en el Paraiso.

Gracias por su atención y espero que les haya gustado la combinación de platos.

¡Les deseo una muy linda Navidad y Felices Fiestas!