La Navidad de las “ausencias”: La vida continúa en medio de la pandemia. ¡Seamos felices!

Publicado el 06 diciembre 2020 por Salpebu

Son ya tantas las Navidades que pasé en mi vida, que he llegado a pensar que ya no iba a sentir nuevas sensaciones ni a experimentar nuevos sentimientos en esas fechas y celebraciones.

Y hete aquí que desde Asia, dicen (no me lo acabo de creer) llegó a Europa y a nuestro país, y se expandió por todo el mundo, ese maldito virus de extraño origen y de incontrolable contagio que es el llamado Covid-19, el Coronavirus.

Estamos ya en el noveno mes desde que la pandemia se introdujo en nuestras vidas y, cual okupamalicioso, sigue agarrado a nuestra existencia, contagiando por doquier, llevando a la muerte a millones de personas, sembrando el pánico en las poblaciones, destrozando economías, rompiendo familias y, en una palabra, quebrando absolutamente el orden social.

En medio de esta reflexión he llegado a esta época en la que siempre he acostumbrado enviar a todos, a los míos y a los extraños, el saludo entrañable y afectuoso propio de los tiempos de Paz que deben acompañar a la Navidad.

Y, en verdad, me he planteado si lo que nos envuelve en la vida propicia que nos sintamos felices por la conmemoración de la Navidad, o más bien nos abroquela en la nostalgia de los tiempos pasados que quizá fueron más prósperos y felices.

He dudado, lo confieso, entre desear simplemente salud y paciencia, o mantener el mensaje de antaño (¿y por qué no de hogaño?) felicitando a todos sin excepción por la fiesta de la Natividad de Jesús.

No me ha retraído pensar que a muchos o a algunos el significado religioso de la celebración les resulte ajeno, y que igual el sentido humanitario y solidario de los recuerdos navideños no les inspira singular emoción.

Todo es posible, y todo es admisible, porque precisamente si algo prima bajo las luces de la Navidad es la comprensión, el entendimiento, la ayuda, la armonía de los unos con los otros, cualquiera que sea su credo y sentimiento espiritual.


Así pues, vaya por delante, y alrededor, un gran abrazo de fraternidad, para todos, pero en especial para quienes estén sintiendo (a mí así me acontece) el vacío de las ausencias en estos tiempos.

Ausencias de los familiares que moran lejos y con quienes no podremos encontrarnos.

Ausencias de los nuestros y de los ajenos con quienes por los enredos de la vida no ha sido posible mantener una relación normal.

Ausencias de quienes no corresponden a nuestros afectos y a quienes tal vez nosotros tampoco cuidamos con nuestro cariño o amistad.

Ausencias de los discípulos que fueron nuestros y que viven lejos o cuyo rastro se ha difuminado.

Ausencias de quienes han sido nuestros maestros o dirigentes, porque ya se fueron "allá"... o no hemos sabido conservarlos en nuestras vidas

Ausencias de quienes nos dejaron a lo largo de los tiempos, con vacío irremplazable, en nuestra infancia, en nuestra juventud, en nuestra senectud, en nuestra familia, entre nuestros amigos, entre nuestros compañeros, en nuestro entorno, en nuestra sociedad.

Sí; esta es y va a ser la Navidad de las ausencias, y bien que lo vamos a notar; pero también va a ser (y hemos de intentarlo por todos los medios) una Navidad de una mayor vinculación afectiva y espiritual de unos con los otros, para que la pandemia pase a ser una circunstancia más en nuestra existencia y siga vibrando en nosotros el espíritu de concordia y paz que estos tiempos deben inspirarnos.

Salvemos y amemos las ausencias, como deberemos salvar y conservar nuestros ánimos de entendimiento y razón, buscando el bien de todos y desterrando el mal y las penas.

Ojalá esta Navidad de las ausencias también nos traiga la “ausencia” de odio, de insolidaridad, de egoísmo, de falsedad, de mentira, de doblez, de envidia…

¡Que la vida siga, y nosotros nos empeñemos en ello, en medio de la pandemia!

¡Que la Paz de Dios inunde al mundo!

¡Feliz Navidad!

“Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta”

Sócrates (470 AC-399 AC) Filósofo griego

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA