La época de la Navidad nos da una maravillosa oportunidad para demostrar amor y afecto a otros por medio de los regalos que damos.
Sin embargo, como consecuencia del materialismo que acompaña nuestras celebraciones, algunos cristianos se preguntan si esta tradición tiene alguna base bíblica. Aunque el mundo ha corrompido esta práctica en cierto sentido, esa no es una buena razón para dejar de dar regalos. No existe otro tiempo mejor del año para demostrar generosidad hacia los demás. El nacimiento, la vida y el ministerio de Cristo nos hablan de dar. Nosotros también debemos ser dadores alegres.
El nacimiento de Cristo nos enseña a dar
Todos los que estuvieron involucrados en la historia de la Navidad dieron algo:
- María ofreció su cuerpo y reputación. De manera voluntaria entregó su cuerpo para llevar al Hijo de Dios. Mucho más importante aún, como no estaba casada también entregó su reputación. Aunque ya estaba comprometida con José, de haber sido descubierto su embarazo, hubiera sido acusada de adulterio y condenada a ser apedreada.
- Augusto Cesar dio un decreto. El emperador romano ordenó un censo para así poder cobrar impuesto a todas las personas. Aunque pudo haber pensado que esa idea provenía de él, Dios lo usó para cumplir su plan divino. La profecía decía que el Mesías nacería en Belén, pero María y José vivían en Nazaret.
- El mesonero dio el establo. Cuando María y José llegaron a Belén, la ciudad estaba tan llena que no encontraron lugar para que María diera a luz. Aunque el mesón estaba lleno, el dueño del lugar les ofreció lo que tenía, un establo para que naciera Jesús. Podemos imaginarnos cada aspecto de la vida del Señor, desde su humilde comienzo, hasta su ordinaria vida como carpintero.
- El ángel del Señor dio un anuncio. El primer reporte del nacimiento de Cristo fue traído por un glorioso ángel a un grupo de humildes pastores de ovejas. Después de haber escuchado el anuncio del nacimiento del Señor, se apresuraron para buscar al pequeño que estaba en un pesebre, y le hallaron junto a María y José.
- Los pastores dieron su testimonio. Después de haber visto al Mesías, no pudieron callar lo que habían visto, sino que compartieron con otros lo que habían visto y oído. Sin embargo, los que les escucharon solo recibieron la noticia, pero no trataron de buscar a Jesús.
- Los sabios dieron sus regalos y adoración. Es muy probable que hayan sido astrólogos o filósofos que vinieron de Persia para encontrar al recién nacido Rey de los judíos, una vez que la estrella captó su atención. Cuando encontraron a Jesús le adoraron y le ofrecieron oro, incienso y mirra.
- Dios dio a su único Hijo. El mayor regalo de todos provino de Dios Padre, quien dio a su Hijo, para que muriera por el mundo como sacrificio por nuestros pecados. ¡Qué maravilloso regalo nos dio el Señor al entregar a su Hijo Jesús!
Cristo se caracterizó por dar durante toda su vida.
Desde el momento en el que Jesús comenzó su ministerio demostró su deseo de dar.
- Se ofreció a Sí mismo para enseñar la verdad. Jesús comenzó a proclamar la verdad desde que tenía doce años. Se sentó en el templo con los fariseos y saduceos para responder y hacer varias preguntas.
- Dedicó tiempo para estudiar la Palabra de Dios. Estudió las Sagradas Escrituras desde que era niño, hasta que llegó a los treinta años de edad, al escucharla en las sinagogas y al aprender de sus padres. Fue así que se capacitó para ejercer el ministerio de enseñar la Palabra de Dios.
- Se dio a Sí mismo para sanar a los enfermos. A cada lugar que llegaba sanaba enfermos y sacaba fuera demonios. Nunca estuvo demasiado ocupado como para no satisfacer las necesidades que las personas tenían. Cuando Bartimeo escuchó que Jesús estaba cerca, le llamó en voz alta (Mr 10.47-49). Aunque solo era un pobre mendigo ciego, quien no tenía valor ante los ojos de los demás, el Señor Jesús se detuvo y lo sanó. Sin importar lo insignificante que nos sintamos, el Señor siempre tiene tiempo para escucharnos, para responder nuestras peticiones y proveer para nuestras necesidades.
- Se entregó a Sí mismo para preparar a doce discípulos. Aunque Jesús enseñó y ministró a las multitudes, su ministerio principal estaba relacionado con los doce apóstoles. Los entrenó durante tres años, pues sabía que recibirían la misión de proclamar su evangelio a todo el mundo (Mt 28.19, 20). Y después que fueron llenos del Espíritu Santo, cumplieron fielmente con lo que les encomendó. Nosotros también tenemos la misma misión de proclamar el mensaje de salvación al mundo perdido, y el Espíritu es quien nos fortalece.
- Se dio a Sí mismo por sus amigos. Jesús siempre dedicaba tiempo a sus amigos. Es por eso que al llegar a la casa de María, Marta y Lázaro, dedicó tiempo para enseñarles su Palabra.
Nuestra vida debe caracterizarse por dar a otros.
Los verdaderos seguidores de Cristo son generosos. No solo durante la época de Navidad, sino también a lo largo del año. La generosidad debe ser parte de nuestra identidad en Cristo. Al dar en todo momento, reconocemos que Dios es la fuente de todo lo que tenemos. La iglesia del Nuevo Testamento nos da un buen ejemplo, al compartir todo lo que tenían entre ellos (Hch 4.32). Algunos aspectos que podemos aprender en relación con la generosidad son:
- Si damos con generosidad, también recibiremos con generosidad. En 2 Corintios 9.6 Pablo nos recuerda que nuestra generosidad o la carencia de la misma afectarán nuestro futuro de alguna manera.
- Debemos compartir el evangelio con otros siempre y cuando podamos. Ese es el regalo más valioso de todos los que hemos recibido. Es por eso que debemos estar dispuestos a decirles a otros lo que Cristo ha hecho en nuestra vida. La época navideña es una oportunidad para compartir el regalo más precioso de todos. Nunca sabremos el impacto de nuestras palabras a no ser que las usemos para hablar de Jesucristo.
REFLEXIÓN
- ¿Cuál es su actitud en relación con los regalos de Navidad? ¿Acaso ha permitido que el materialismo de este mundo le robe su gozo y generosidad?
- ¿Qué puede hacer durante esta Navidad para dar a los que viven fuera de su hogar? ¿Qué puede ofrecer a los que atraviesan necesidad? ¿Qué regalos puede dar sin hacer algún gasto?
- ¿Existe algo que le impide compartir el mensaje del evangelio durante esta Navidad? ¿Qué puede hacer para vencer ese obstáculo?
PASAJE CLAVE: Lucas 2.1-20
LECTURAS DE APOYO: Mateo 28.19, 20 | Marcos 10.47-49 | Lucas 6.38 | Juan 4.4 | Hechos 4.32 | 2 Corintios 9.6 | Gálatas 4.4
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