Ya había dicho que la Navidad no me gusta. Pero hay algo que me molesta todavía más: el chantaje que siempre me quieren aplicar amigos y a familiares.
Sí, desafortunadamente no tengo otras palabras para delimitar a este grupo de gente que se empeña en hacerme estos días todavía más complicados de lo que ya son.
Me pasa que desde finales de noviembre mis amigos me llaman para "reunirnos y darnos el abrazo"... Pasó todo el año y ni en sus cumpleaños ni en el mío nos juntamos, pero justo cuando termina el año, cuando yo tengo más trabajo y ellos están más tranquilos, se les ocurre juntarnos para "darnos el abrazo".
Los quiero y los aprecio. Con muchos de ellos pasé días buenos y malos hace algunos años, pero hay que tener un poco de sentido común.
Y de mi familia ni qué decir. Ya no digamos los tíos y tías lejanas que hablan o mandan mensajitos por el celular (en el mejor de los casos) para recriminarme el olvido en el que los tuve todo el año, y luego felicitarme y, de nuevo, desearme lo mejor para el siguiente año.
El caso más extremo es el de mi propia madre. Origen, sí de mi vida y de muchas alegrías, pero también de buena parte de mis traumas y de que esté en terapia desde hace más de dos años sin poder superar la parte que a ella le corresponde.
Si de por sí siempre me llama para reclamarme que nunca voy a verla y que ya no recuerda cómo es mi rostro y que está segura de que ya no me importa nada de lo que le pase a ella, en estas fechas se pone todavía más insoportable. Ya el año pasado estuve fuera de la ciudad en Navidad porque pasé esa noche en casa de mis suegros cerca de Monterrey. Para el último día del año estaba en casa de mi madre, aunque con reclamos y miradas acusatorias.
Este año la volvimos a aplicar. Pasamos la Navidad en casa de la familia de mi esposa y para la última noche de 2009 volveré a regañadientes a mi vieja casa. Lo más difícil es soportar sus reclamos y los de mi hermana, ya después se pone menos difícil, con la cena y el humor de los sobrinos, que ya van creciendo pero siguen siendo un amor.
¿Por qué estos días son aprovechados negativamente para sacar a relucir lo más odioso de las personas?, incluyéndome, claro.