La necesidad de una biblioteca escolar

Por Massaber Tu Futuro Profesional @MasSaber_es

Tanto en las aulas como en el patio de la escuela, podemos encontrarnos con alumnos leyendo libros. Muchos de éstos pertenecen a otras bibliotecas, porque los pequeños fanáticos de la lectura son socios de una biblioteca pública o municipal cercana a su casa o al colegio, y suelen sacar de allí ejemplares que devoran al instante. Tienen una conexión especial con estos centros repletos de libros, donde hay espacios cómodos y amplios para sentarse, un silencio acogedor y, sobre todo, textos en diferentes formas y tamaños: cómics, revistas, libros de lectura fácil y, sobre todo, más personas a las que les apasiona leer.

¿Por qué las bibliotecas públicas o municipales de barrio organizan cada vez más actividades? ¿Y por qué poseen tanta variedad de libros? La respuesta es muy sencilla: existe una gran demanda de libros de diferentes temáticas por parte de los usuarios y se crean actividades dinámicas y lúdicas con el fin de que se sientan más a gusto y partícipes de todo ello.

Los colegios de hoy día deben dedicar espacios específicos a las bibliotecas escolares. Espacios cómodos y repletos de libros, ordenados y clasificados. Si un lector escolar se acerca a la biblioteca y comprueba que allí no hay nadie al cargo y que los ejemplares se apilan sin orden ni sentido, no le resultará atractiva y acabará por no utilizarla. Y si esto sucede, el propio centro dejará de proporcionar recursos para un área tan importante.

¿Por qué funciona la relación biblioteca municipal-barrio con niños? Porque hay un compromiso no escrito de fidelidad. Un niño va a la biblioteca de su barrio y puede pasarse allí horas y horas sin darse cuenta. Mira libros, hojea revistas y elige lo que más le gusta. Ese libro o revista va con él durante un periodo fijado (normalmente, una semana o quince días) y sabe que podrá leerlo hasta esa fecha. Y no sólo eso, sino que lo hace incluso antes de lo establecido. Este es el vínculo que hay que crear en la escuela; un vínculo de compromiso con nuestros lectores.

¿Cuál sería mi sueño? Pues que un alumno se quedara, a la salida de clase, en la biblioteca del colegio leyendo un libro o, incluso, estudiando las materias del día siguiente mientras espera a sus padres o sus hermanos que hacen actividades extraescolares. Si trabajas como maestro en un colegio y eres consciente de la necesidad de lectura de tus alumnos en el ámbito escolar, tienes un gran reto por delante. ¡Ya puedes dar el primer paso!