Llevamos cuatro episodios de la cuarta temporada de Once upon a time y se confirma que Edward Kitsis y Adam Horowitz, los creadores, le han cogido el tranquillo a su serie. Tras una segunda temporada que, sí, en líneas generales fue más floja, la tercera remontó y en esta cuarta han vuelto a optar por la misma estructura: un arco argumental distinto para cada mitad de la temporada.
Y ahora mismo estamos en pleno arco de Frozen y no puedo más que alabarles y decir lo sumamente fantabuloso que está siendo todo.
La verdad es que, en cuestión de adaptación, nunca se quedan a medias: o se lucen (véase, Ariel) o la cagan estrepitosamente (Rapunzel, sin ir más lejos). Pues con Frozen ha sido lo primero, ya que no han podido dar con mejores actores para interpretar a Elsa, Anna y Kristoff: no sólo se parecen, sino que resultan muy creíbles y encajan muy bien con el universo de la serie. Además, se nota que le tienen cariño a los personajes, pues los están adaptando perfectamente y es casi como si estuviéramos viendo una secuela de la película. Una secuela loca, donde hay un montón de cruces de personajes dispares, pero secuela al fin y al cabo.
De hecho, esos cruces están funcionando muy bien: Elsa integrándose en Storybrooke y, sobre todo, desarrollando esa amistad con Emma es una idea magnífica; las dos tienen elementos en común, las actrices tienen química y es imposible no adorar a la Elsa de Georgina Haig; mientras, en el pasado, tenemos a Anna viajando por el bosque encantado y, de momento, se ha topado con Charming en su etapa granjera (la escena en la que se conocen fue divertidísima) y, cómo no, con Rumpelstiltskin.
Al fin y al cabo, todos los caminos llevan a Rumpelstiltskin en esta serie, pero eso es otra cuestión.
Porque hay que comentar lo bien que están llevando la intriga. De verdad, por más que le doy vueltas, no sé por dónde van a salir. Tenemos a Elsa saliendo de una urna que se encontraba en el trastero de Rumpel y aterrizando en Storybrooke, donde busca a Anna, pero en el pasado Elsa se queda con Kristoff en Arendelle y acaban liberando a La reina de las nieves (una maravillosa Elizabeth Mitchell, por cierto), que también está en Storybrooke en el presente, pero Elsa no la recuerda... ni Emma.
Y por si todo no fuera una súper paranoia, ahora resulta que llega The apprentice y Rumpel acaba enviando a Anna a Arendelle. ¿Pero ahora cómo me como eso? ¿Cómo ha terminado Elsa en la urna? ¿Qué ha pasado con Anna y Kristoff? ¿Qué pinta La reina de las nieves en todo esto? Aparentemente, es la tía de Elsa y Anna, pero yo de esta mujer no me fío un pelo. Lo más de cajón es que sea la madre de Elsa, aunque yo más me inclino a pensar que Elsa tiene sus poderes como precio porque sus padres metieron a La reina de las nieves en la urna. Paranoias mías.
Pero, bueno, lo que me tiene muy loca es la conexión de La reina de las nieves con Emma y, sobre todo, la cara que puso la primera al ver a la salvadora. Parecía emocionada, no enfadada o amenazada. Y, a todo esto, Rumpel lo sabe todo, pero el tío se calla, como siempre. La verdad es que la conexión entre Emma y La reina de las nieves me ha sorprendido mucho y puede dar mucho de sí, porque el pasado de Emma es algo que apenas se ha tratado, a excepción de su época con Neil.
Eso sí, Once no está viviendo sólo de Frozen, sino que ha añadido otras dos tramas a largo plazo. Por un lado, Regina ha iniciado su propia operación con Henry y están buscando al escrito del libro de cuentos (yo siempre había dado por hecho que era Rumpel, por cierto; básicamente todo lo que ocurre en Storybrooke se lo achaco a él, aunque admitiréis que hay motivos para creerlo así) para que le escriba a Regina un final feliz tras todo el drama de Robin Hood.
Por cierto, aunque Regina no está saliendo mucho, me gusta lo que están haciendo con ella porque conserva su espíritu (ella nunca ha sido de las que entonan el mea culpa, sino que culpa al mundo de sus errores), pero al mismo tiempo ha evolucionado. La Regina del principio se habría cargado a Marian en cero coma, pero han pasado muchas cosas, Regina se ha humanizado mucho y hubiera sido un error colosal volverla a poner arrancando corazones a lo loco.
Esta trama no ha avanzado demasiado, por no decir nada, salvo torturarnos a los fans de la pareja de Robin y Regina. Ha quedado demostrado que lo suyo es amor verdadero, a ver, que alguien le explique a Robin lo que es el divorcio. Eso, o que dejen a Marian siendo el polo humano, que no creo que a nadie le importe.
Lo que sí ha traído esta trama es una unión que llevaban bastante episodios retrasando. En la segunda temporada descubrimos que Rumpel era el abuelo de Henry, pero no ha sido hasta ahora que han decidido explorar esa conexión. Cierto es que Henry ha ido a la tienda de su abuelo para sonsacarle información para Regina y, encima, usando un chantaje emocional propio de Rumpel. Yo no sé cómo va a acabar esto. Imagino que en drama. Seguro que se encariñan mutuamente (Rumpel estaba emocionado al aceptar que trabajara con él) y luego la verdad saldrá a la luz y se liará parda, que Rumpel no es de los que aceptan esas cosas con calma, precisamente.
De hecho, Rumpel es una jodida bomba de relojería. El día en el que estalle se va a cagar Storybrooke patas abajo y yo sufriré cual perra.
Porque Rumpel empezó la temporada con buenas intenciones, él casi siempre las tiene, pero al mismo tiempo siempre, absolutamente siempre, cae en la tentación. Aquí entra en juego la otra trama, que no sé si la unirán a la de Frozen, si tendrá algo que ver con el segundo arco o si es algo que ocupará la temporada entera como la del escritor del libro de cuentos.
En el primer episodio de la temporada, Rumpel y Belle se fueron a pasar la luna de miel de okupas en una casa súper lujosa vacía que encontraron (todo muy normal), donde Rumpel halló una cajita... ¡con el sombrero de Fantasía! En The apprentice nos han dado algunas pistas sobre el sombrero: todos los Seres Oscuros lo quieren, ninguno salvo Rumpel lo ha logrado (yo me pregunto, es por la lágrima de Anna o porque no ha terminado de caer en su oscuridad interior gracias a Belle) y, al parecer, si el sombrero consigue todos sus poderes, puede liberarle de la daga. Vamos, imagino que eso es lo que Rumpel quiere, pero cualquiera sabe.
La cuestión es que Rumpel, como siempre, tiene sus propios planes y lo hace a escondidas de todos, incluso de Belle. El único que se ha pispado ha sido Hook, pero con una torpeza poco dada en él, se ha pasado de listo con Rumpel y ahora éste lo tiene bien cogido por los huevos. El problema va a ser cuando todo salga a la luz: que engañó a Belle, lo de Hook, que Henry sólo se ha acercado para conseguir información... Dios, en serio, se va a liar pardísima.
Aunque, bueno, eso es lo que mola de Rumpel, que es como es y juega con los demás como si fueran piezas de ajedrez. En serio, masoquismo a tope en lo que respecta a este hombre, me mola que la líe y que me haga sufrir, xD.
Esta temporada, además, están logrando un equilibrio bastante agradable entre las tramas dramáticas y llenas de giro con otras mucho más simpáticas. De hecho, ¡milagro, los Charming están siendo divertidísimos! Bueno, Charming como héroe de acción funciona, pero tener a la pareja de intensos pro-bondad era muy cansino, así que me parece fantabuloso el que los hayan convertido en un dúo cómico: Charming tiene unas frases buenísimas y las tramas de Snow como alcaldesa están siendo muy divertidas, como el día que tiene que la vuelven loca porque se ha ido la luz.
Aunque lo mejor ha sido sus escenas en The apprentice. Este cuarto episodio ha sido más relajado que los anteriores, que estaban dedicados absolutamente a las tramas principales, pero no por eso ha sido peor. De hecho, yo he disfrutado como una enana con la cita de Emma y Hook y las reacciones de los Charming como si Emma tuviera 16 años y fuera a su primer baile de instituto. En serio, qué geniales.
Y me he reservado para el final lo sumamente guay que es ver a Will de nuevo. Es todo un acierto que lo hayan fichado en la serie principal porque Will mola y cada vez que suelta "bloody hell" le quiero aún más. De momento, verlo junto a padre e hija (qué injusticia que haya dos sheriffs) ha sido guay, aunque luego en The apprentice me rompió la patata en la escena de la celda porque, a juzgar por la mirada de cachorro apaleado, algo ha pasado en El país de las maravillas y no algo bueno. Yo creo que Anastasia ha muerto (soy una reina del drama, lo sé), lo que no me gustaría nada porque le acabé cogiendo mucho cariño a la Reina Roja.
Aprovecho para decir que, si no habéis visto Once upon a time in Wonderland, le deis una oportunidad, aunque sólo sea para ver a Will en acción. A ver, los efectos son cutres hasta decir basta, son lo peor, y el arranque no es especialmente inspirado, pero enseguida empieza a mejorar y tiene un final cerrado y muy chulo.
También aprovecho para comentar lo mucho que se están estirando en Once con los efectos, al menos con las criaturas mágicas: el gigante de hielo no estaba nada mal, pero es que el troll era una maravilla y la escoba de Fantasía otro tanto.
De hecho, los detalles que están teniendo han sido muy chulos: el baile de La bella y la bestia era cursi, sí, pero también para morirse de amor (y para que los que seamos fans del Rumbelle temblemos al pensar en cuando todo se vaya a la mierda), Elsa diciendo "the cold never bother me", el restaurante de la dama y el vagabundo donde van Emma y Hook a cenar, Rip Van Winkle pidiendo una canción para despertarse en la radio, el aprendiz convertido en ratón. Y el más traumático de todos: ¡la pastorcita de Toy Story convertida en la mala del segundo episodio! Yo lo flipo, en serio, ¡qué trauma!
La verdad es que está siendo una temporada muy chula y espero que siga así. De momento, parece que el próximo viene cargadito y sombrío y soy fan desde ya de La reina de las nieves diciendo que va a hacer un muñeco de nieve.