Con tan solo cuatro años, Consuelito salva a su familia de un bombardeo en la Guerra Civil. La madre convence al vecindario de que ha sido un milagro y hace una promesa: vestir a su hija con el hábito de la Inmaculada Concepción hasta la mayoría de edad. A partir de ese momento, la conocerán en el pueblo como la niña santa. Se correrá la voz por todo el país, organizarán procesiones en su honor y la creerán ciertamente milagrosa. Y Consuelito asumirá su destino con obediencia y humildad. La niña santa narra las vivencias de una mujer que estuvo debatiéndose siempre entre lo religioso y lo mundano, entre el cielo y la tierra, y que encontró su máxima dificultad en ser humana. Esta novela recorre, además, el último siglo de España para reflexionar sobre las cadenas de la infancia y la búsqueda de identidad, sobre la familia y sus heridas, porque si hay algo que no deja de preguntarse Consuelito es: ¿quién soy?, y ¿qué se espera de mí?
Editorial: Algaida (2022)
Nº de páginas: 472
Formato: Tapa blanda / Versión Kindle
ISBN: 978-8491897378
Precio: 18,95 € / 9,49 €
Curioso libro, sin duda. Es difícil acertar su contenido sin haber leído previamente la sinopsis. Y si no se lee la sinopsis, puede venir bien la lectura de una reseña, por muy subjetiva que esta pueda ser.
Se trata de un título del catálogo de Algaida el cual, para quien no se haya dado cuenta, estoy repasando de modo intensivo. Será que soy de Sevilla. No, mejor es confesar que me gusta la calidad de sus libros, secundaria a una prudente y sabia elección de los títulos que pasarán a formar parte de su repositorio. Con La niña santa, vuelven a acertar, apostando por una historia con tintes dramáticos e incluso biográficos, prestados estos últimos por Consuelito, una niña como todas las demás a la que se le asigna el papel de santa a muy tierna edad. Sus milagros, don de Dios, son los que la hacen diferente y terminan por robarle la infancia en pro de una vida dedicada al rezo y la contemplación.
La línea temporal se traza desde 1938 hasta 2022, año de un epílogo justo para con la protagonista y su legado, el de una mujer que derrochó amor por los cuatro costados sin aceptar los parabienes a los que el destino la había preparado. Y es que, a veces, lo que una persona quiere y necesita es ser normal. No robar la infancia, la adolescencia, la madurez e incluso la vejez a un ser humano es el mayor acto de santidad que se requiere para ascender al Reino de los Cielos. Las excepciones no juegan a este juego que plantea Daniel Blanco es su última novela, a la que llega en forma después de haber derrochado talento en sus predecesoras.
En este caso el regalo se lo lleva el lector, que irá descubriendo paulatinamente los avatares de una vida con altibajos, delimitada entre los paréntesis de la normalidad teñida con las tintas de un catolicismo ortodoxo y las ansias de libertad que surgen de la rutina y del encasillamiento de quienes tienen que responder en el presente y en el futuro por un pasado que no siempre contó con la libre elección de la protagonista.
La narración se divide en años, trascendentes para los personajes, miembros de una familia como cualquier otra, que sobrevive en una España por la que pasan los años y una Historia que no por conocida juega un papel menor, aun cuando no se haga excesivo uso de los pasajes específicos que la jalonaron y que la siguen jalonando, porque la vida se vive día a día...
Novela que pone de manifiesto la estigmatización de una mujer que no fue niña o de una niña que se convirtió demasiado rápido en mujer, marcada por siempre por unas hechos que fueron interpretados como milagros en una época en la que la sociedad tenía sed de signos de la presencia de un ente en el que creer; la desolación y la falta de esperanza tienen ese peculiar modo de conducirse. Y siempre hay quien paga un alto precio para calmar ese vacío de las almas derrotadas de quienes conforman su círculo más cercano.
Especial atención merecen los personajes que componen la familia de Consuelo, Consuelito hasta la muerte. Cada cual juega sus cartas y lo hace a la perfección. No obstante, no se llega a producir el desarrollo del argumento que anuncia el título, o quizás sea un servidor el que se equivoque...
Buen texto, de fácil lectura y excelente presentación, que puede servir para iniciarse en la lectura de las obras del autor, quien estoy seguro de que cedería su propia santidad con el propósito de hacer que el lector se sienta identificado con sus personajes. De este modo podremos caer en su tela de araña. Cuidado, que es peligrosa la adición...
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