Lo que vale para el PP, vale para la mayoría de los gobiernos autonómicos , en especial el de Cataluña.
Todo apunta a que vamos a conjugar el verbo privatizar hasta la saciedad. Si están dispuestos a abrir la mano para privatizar las costas del país en pro de reactivar la economía de unos pocos, como no lo van a hacer con los informativos de las televisiones. La única condición viene dada por lo de siempre: quienes pueden acceder a las privatizaciones son sólo los que ostentan el poder económico, sea en las empresas de comunicación o en la construcción y la sanidad.
Todo va a valer en los medios. Lo veremos al tiempo, ya lo estamos viendo. Se concedieron televisiones digitales a medios nacionales que están arrendadas, ahora, a multinacionales, se les impuso un contenido de servicio público y nos emiten, como en Cataluña y en muchas otras comunidades , programas de videntes, tarotistas y teletiendas que hacen dinero con la ignorancia ajena y los operadores de telefonía.
En Cataluña, donde tenemos un Consejo Audiovisual que debía controlar este tipo de aberrancias y programas engañosos se está aplicando la política del avestruz. Nadie osaría sancionar e incluso obligar al Grupo Godó, editor de La Vanguardia, a que dejara de alquilar su licencia a la empresa, cuyo canal le llaman, tiene narices, Estil de Vida, que programa día a día a la "niña vidente" que soluciona nuestros problemas de salud, amor y dinero a cambio de unos cuantos euros por minuto de llamada telefónica.