La 'niño-fobia'

Por Tenemostetas


 El Ministro de Trabajo abrió la boca hace un par de días para soltar esta frase sin desperdicio:
"Si tuviera que elegir una sola medida por encima de todas las demás para estimular la igualdad y, al mismo tiempo, la eficiencia de una economía, la capacidad, la producción y la riqueza a medio y largo plazo, esa sería que todos los chicos pudieran estar escolarizados inmediatamente después de su nacimiento”
La frase dicha así, sacada de contexto, produce escalofríos. Solamente imaginar a todos los niños escolarizados nada más salir del vientre de su madre, parece algo así como una pesadilla de George Orwell. Algunas reacciones que he visto en el Facebook hasta han considerado la frase del ministro como "apología de la violencia contra los niños".
Yo creo que en realidad, lo que el Ministro quería decir es: "El Gobierno va a garantizar una plaza de guardería pública para cada niño que nazca".
Pero se le salió el monstruo que lleva dentro, y dijo la verdad. Lo traicionó el subconsciente.
Dijo la verdad de lo que la sociedad devoradora quiere de nosotros: que todos trabajemos como esclavos de sol a sol, mientras los niños, los ancianos, los enfermos, los discapacitados... todo el que no sea apto para ser esclavo lo suficientemente productivo, los cuiden otros masificadamente.
Que el Estado amplíe la cobertura de guarderías públicas, es una buena noticia. Así ocurre en Noruega, el mejor país para criar niños del mundo.
PERO:
1.- La cobertura de plazas en guarderías públicas debe ir acompañada de BAJAS MATERNALES Y PATERNALES MÁS LARGAS, como ocurre también en Noruega y en los países con modelos sociales más avanzados.
2.- Los países con verdadera "igualdad" (yo no quiero ser igual a usted, señor ministro, ni de broma, pero sí soy igualmente valiosa), con mayor participación de la mujer en los asuntos públicos, son también los nórdicos: precisamente los que tienen mayores coberturas de licencias de maternidad y paternidad. También fue el modo en que hicieron crecer sus índices de natalidad.
3.- No os dejéis engañar: el "feminismo de la igualdad" que triunfa en las instituciones, triunfa precisamente porque es funcional al capitalismo y al patriarcado. El eco-feminismo y otras formas de "pensar la igualdad" están fuera de las agendas políticas, porque son anti-patriarcales de verdad. La mujer que llega a Ministra o a empresaria, y deja a su hijo a los 3 días de nacido para seguir haciendo su trabajo (igual que los hombres) no está "liberada": está precisamente CONVERTIDA al modelo patriarcal que pone el trabajo y la explotación por encima del CUIDADO, los afectos y las emociones.
4.- Si alguna solución hay a los problemas del mundo, señor ministro, no está en que todos nos incorporemos acritícamente a un mercado laboral injusto y explotador, yendo a trabajar como esclavos de sol a sol, sino en que todos  (HOMBRES Y MUJERES) cultivemos la CAPACIDAD DE PONER LA VIDA EN EL CENTRO: cuidar de nuestros hijos, revalorizar y remunerar las tareas de CUIDADO, los afectos, las emociones, los vínculos humanos. Es ahí donde algunos vemos la RIQUEZA, y el mejor modo de repartirla, señor ministro.
5.- La idea de escolarizar a los niños desde el nacimiento es ADULTOCÉNTRICA y "niño-fóbica", no tiene en cuenta los verdaderos derechos y necesidades de los niños pequeños. Es una necesidad de los adultos, para mantener el status quo de un sistema de valores donde lo único que cuenta es el dinero, pero abandona las necesidades de afecto y presencia paternal de los niños pequeños.
6.- El dinero que se va a utilizar para guarderías públicas podría repartirse para también: AMPLIAR BAJAS MATERNALES Y PATERNALES (un mínimo de 6 meses clama del cielo, la lactancia materna exclusiva durante 6 meses es una recomendación de salud avalada por todos los científicos hoy en día). Y también para remunerar de algún modo a las familias que decidan quedarse con los niños en casa. El dinero que le ahorra a la guardería pública podría recibirlo como ayuda la madre o el padre que se quede en casa cuidando de su bebé.
7. - Si el problema es la DISCRIMINACIÓN laboral sobre las madres y padres que deciden hacer un paréntesis laboral para cuidar de sus hijos, a quien hay que penalizar es al DISCRIMINADOR, no al bebé.
8.- La necesidad de ampliar las plazas de guarderías públicas puede justificarse perfectamente como un apoyo a las familias trabajadoras, pero NO DEBE VENDERSE COMO ALGO BUENO PARA LOS BEBÉS, tal como hace el Ministerio de Educación. Es una falacia. Los adultos cerramos los ojos al hecho de que el sistema laboral tal como lo tenemos montado es lesivo para los niños, y entonces buscamos justificaciones para consolarnos por tener que dejar a los niños en guarderías. Pero la necesidad de guarderías es para los adultos, no para los niños.
9.- Las investigaciones en neurociencia y en psicología de las emociones revelan la importancia de la primera etapa de la vida para la configuración de un sistema emocional sano, a partir de los vínculos afectivos con los progenitores. Una sociedad más solidaria, más empática, más amorosa y menos violenta sólo se logra SATISFACIENDO LAS NECESIDADES EMOCIONALES DE LOS BEBÉS Y NIÑOS, cosa que no se hace en la escuela ni en las guarderías.
10.- Disfrazar de socialista y progresista una defensa descarada de los intereses del capital como la que hay implícita en sus declaraciones, señor ministro, le merece la dimisión y la desconfianza de sus votantes. La falta de sensibilidad, de humanidad y de sentido común que hay en sus palabras perjudica la poca confianza que aún podamos albergar en nuestros políticos.
11.- Una sociedad "niño-fóbica", donde los niños no tienen cabida en los hoteles, ni en los restaurantes, ni en los aviones, ni en los centros de trabajo, ni en nuestras vidas... es una sociedad fascista y suicida.
12.- La protección de la naturaleza y con ella de la vida humana, la apuesta por un futuro de paz, por una sociedad más justa, más empática y más solidaria, comienza, señor ministro, por una crianza más amorosa de nuestros hijos. Ese es el único y verdadero compromiso que podemos tener con las futuras generaciones.