Yo soy la Juani. Ese retrato social desolador y realistas de las culturas urbanas de esta nuestra España, que nos acerca al terrible drama de ser unos jóvenes sin medios para sobrevivir en un cruel mundo que destroza sus sueños y sus ilusiones...
...vale, no. Yo soy la Choni trata sobre el mundo de los canis, siendo la choni mayor del pueblo su espléndida protagonista. Pues eso, nada que no sepamos. Los chicos no tienen dinero, pero el poco que tienen -o que roban, porque si no tienen, ¿de dónde lo sacan?-lo gastan en tunnear sus coches to'guapos, en discotecas, en alcohol y en drogas. ¡Yay! Aunque en la peli está todo como más light, ya empezamos a fallar con lo de retrato fiel de la sociedad. Son gente inculta que disfruta de su incultura -porque oye, alguien que no tiene estudios puede ser más culto que alguien que no los tiene y demás, pero es que esta sub-especie ya se sabe, están orgullosos de ser unos inútiles y no tener ni idea de nada-, del sexo con cualquier cosa que se mueva, de la música super molona, de toda la mierda que puedan meterse, de estar todo el día de fiesta, de joder a su familia, amigos y novios/as...
Por cierto, Bigas Luna es un cachondo. Te hace una película sobre una pobre chica que quiere ser actriz, que persigue su sueño y no la dejan cumplirlo a la pobrecita. Pero Bigas Luna contrata a Dani Martín (ser al que amo y respeto profundamente, sus registros como actor son casi tan amplios como sus registros a la hora de cantar y las diferencias que notas cuando entona llamando a alguien tonto o cuando pide besos, nada que ver). Dani Martín, que aunque hiciera sus pinitos antes de sacar discos para intentar ser famoso, no es actor. Es cantante. Lo que yo decía, Bigas Luna es un cachondo. Ha dejado a un Juani en versión masculina -essSsheeEe JuaAniKooOOh reShulIiikOoohH- llorando en una esquina porque no le dejan cumplir su sueño de convertirse en acto
En fin, viendo lo que le importa a Bigas Luna la historia y lo comprometido que está con ella, pues le sale la película que le sale. Más allá de que los personajillos no sean lo más, es que la historia es una chorrada tópica a más no poder, de chica pobre que busca alcanzar su sueño. Y encima, con momentazos que me hacen plantearme hasta mi existencia. Véase el momento en el que la chica está echando un polvo con su novio Dani Martín, y él mientras están al tema, le tira un tipo de spray a la cara. Claro. Lo más normal. ¿Y quiere que amemos a estos personajes? O el momento WTF: de repente, aparece la Mala Rodríguez, y empieza a cantar a cámara, como si fuera un videoclip. ¡Un videoclip de hora y media no, por favor!
Y bueno, muchas coherencias narrativas. Como que no tengan pasta, pero la Juani y su amiga del alma se vayan a Madrid y se puedan permitir vivir en un hotel e irse de compras a lo Pretty Woman, arrasando con todo lo que ven. En ese momento, además, suena Pure Morning de Placebo. Nunca entendí qué hacía esa canción en esta película.
La verdad, a mí cada diálogo, cada situación, cada...TODO, me daba mucha vergüenza ajena. Quizás la actriz protagonista, Verónica Echegui, sea lo único que salvo. No es que me flipara, vaya, pero viendo el resto de gente que intenta actuar en esa película, lo hace decente. Y tampoco puede hacer más.
Así que nada, super feliz de que haya una especie de continuación de esta cosa. ¡Encima con Elsa Pataky! ¡Qué nivel!
PD: Me he creado un nuevo blog. No pienso abandonar este, pero es que también me gusta hablar de otras cosas que no sean pelis y series, así que, os lo presento: I'm a cyborg, but that's ok