La noche de Halloween, el Día de Todos los Santos y el Día de los Muertos: ¿Qué tienen en común?

Publicado el 28 octubre 2022 por Viriato @ZProvincia
Marcados en el calendario del mundo occidental desde hace siglos, estos tres días reúnen algunas de las festividades más conocidas en el mundo entero. ¿Cuáles son sus orígenes y qué les diferencia?
Cada año, según se acerca el 31 de octubre, ciudades de todo el mundo se tiñen de calaveras, telarañas y calabazas que decoran cada rincón al ritmo de malévolas risas y espeluznantes gritos: se acerca la noche de Halloween. Año tras año, estas tradiciones se mezclan en las culturas de los países occidentales en los últimos días del mes de octubre y principios de noviembre. La globalización que ha traído consigo el siglo XXI ha mezclado los buñuelos con los caramelos, las calabazas o el pan de muerto. Pero, ¿cuál fue en realidad el origen de todas estas festividades?

La Noche de Brujas: Halloween

Muchas personas asocian a Estados Unidos el origen de la noche de Halloween, cada día más festejada en España. Sin embargo, su inicio se remonta mucho más atrás en el tiempo: hace más de 3 000 años, según la Universidad de Oxford. A finales de otoño, los antiguos pueblos celtas conmemoraban el final de la cosecha con una gran ceremonia que coincidía con el final del año céltico. Esta fiesta, bautizada como Samhain – cuyo significado es final del verano -, servía para despedir a Lugh, el dios del Sol y dar la bienvenida al otoño.

La caída de las hojas durante esta estación señalaba entonces el inicio de un ciclo y la finalización de todo lo anterior, y eran típicos los rituales que tenían un carácter purificador para despedir el año.
Esta fecha marcaba también el momento en el que los días comenzaban a hacerse más cortos y las noches más largas, pero tal y como ocurría en muchas culturas prehispánicas, también se creía que los espíritus de los muertos salían de los cementerios y paseaban por las calles durante esa señalada noche.
Era costumbre dejar ofrendas a las puertas de sus casas, como dulces o bebidas, y encender velas para ayudar a las almas vagabundas a encontrar de nuevo el camino hacia su mundo, hacia la luz.
Además de hacer sacrificios para los dioses y reunirse alrededor de las hogueras, los celtas llevaban disfraces de pieles de animales para confundir a los espíritus, según el American Folklife Center de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Ya entonces, las máscaras podrían tener el objetivo de personificar a los muertos.

De Samhain a Halloween

Hoy en día, los hogares y otros edificios se adornan con todo tipo de decoraciones fantasmagóricas y en los colegios es la excusa perfecta para realizar creatividades de todo tipo de temática misteriosa como vampiros, brujas, hombres lobo o zombies. Al caer la noche, los niños salen disfrazados a las calles a pedir caramelos por el vecindario recitando el famoso “¿Truco o trato?”.

En la antigüedad se cree que surgió de los celtas que, disfrazados de espíritus, iban de casa en casa pidiendo comida y bebida. Con la conquista del territorio celta por parte del Imperio romano, Samhain se mezcló con otras fiestas de origen romano como la Fiesta de la Cosecha.
Sin embargo, con el auge del catolicismo, esta fiesta pagana comenzó a llamarse “La víspera de Todos los Santos”, en inglés «All Hallow´s Eve», que terminó derivando en «Halloween» tal y como hoy lo conocemos.
A Estados Unidos y Canadá la tradición llegó de manos de los emigrantes irlandeses en el año 1840, pero no fue hasta 1970 cuando tomó un carácter internacional debido a las películas y la televisión.

El Día de Todos los Santos

A medida que las fiestas paganas fueron disminuyendo y aumentando los festejos cristianos, surgió el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre. Su origen más remoto se encuentra en Antioquía (Turquía), en el domingo antes de las fiestas de Pentecostés, cuando la Iglesia decretó un día en común para honrar a todos los mártires. Frecuentemente, los mártires morían en grupo, lo que llevó a nombrar un día como celebración común, sobre todo tras la llamada Gran Persecución, la última y quizá la más sangrienta persecución a los cristianos por el Imperio romano.

Posteriormente, el Papa Gregorio III pasó la fiesta al día 1 de noviembre como respuesta a la celebración pagana del Año Nuevo Celta para que los nuevos creyentes fueran abandonando sus antiguas creencias. En el Día de los Santos se celebran diversas tradiciones en el mundo, pero sin duda en España la más destacada es llevar flores a los seres queridos en los cementerios.

El Día de los Muertos

En el propio Día de Todos los Santos suele comenzar también la celebración del Día de los Muertos cuyo origen es anterior a la influencia del catolicismo, aunque a día de hoy todas las festividades mezclan las tradiciones católicas con, en este caso, las indígenas. El colorido esqueleto mexicano, la famosa Catrina, da la vuelta al mundo desde semanas antes de la noche de Halloween, pero su origen se remonta a los festivales aztecas que veneraban a dioses como la «señora de los difuntos».

Esta festividad se celebra desde la época prehispánica en México, aunque era costumbre también honrar a los difuntos en otras épocas del año, cuando terminaba la cosecha en las diferentes zonas de la sociedad azteca. En aquella época, la mitología mexicana creía en un Señor de la Muerte, llamado "Mictlantecuhtli", que habitaba el inframundo, el "Mictlán". Con la llegada de los españoles, la celebración se extendió y se mezcló también con las costumbres católicas; aparecieron nuevos significados, como la cruz de flores, que hoy en día conmemora a los antepasados.
Aunque cada uno de los lugares le da un significado diferente, suele aparecer allí donde se busca un significado alegre para honrar a los fallecidos. Compartir historias de antaño, comer, beber e incluso bailar en honor a nuestros antepasados llena las calles durante la jornada en una tradición que, desde hace décadas, traspasa las fronteras de su origen mexicano y llega al mundo entero. Sea cual sea la costumbre de cada lugar, lo importante es que este día honre a todas las almas que cambiaron el mundo terrenal por el de los espíritus. Ya sea con pan de hueso, maracas de cráneos o globos de calaveras, las ciudades latinas desfilan disfrazadas al son de los poemas que nos recuerdan que todos, seamos quienes seamos en vida, volveremos a la tierra.

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