La noche del demonio: Capítulo 3 |Reseña

Publicado el 21 junio 2015 por Sophiegadget

Para los fans del terror, el verano es algo así como la Navidad, pero con sangre, posesiones y cosas que acechan bajo la cama. Este no era la excepción y muchos ansiaban ya los estrenos de varios títulos, entre ellos el de La noche del demonio: Capítulo 3 (Insidious: Chapter 3). Sin embargo, parece que lo que tenemos aquí es una espera infructuosa para quienes han seguido la serie desde la primera entrega ¿por qué no se quedaron ahí? Recuerdo bien aquella primera Insidious, tachada de tener un nombre ambicioso y fanfarrón, hasta que las personas en la sala preferían quedarse en sus butacas hasta que encendieran las luces. La película hacía una mezcla interesante de infestaciones demoniacas, una médium, viajes espirituales y un personaje que recordaba a Darth Maul de Star Wars.

Esta tercera entrega es una precuela de las dos primeras películas y nos muestra a la médium Elise Rainer ayudando a Quinn Brenner, una chica que intentó contactarse con su madre muerta. La advertencia que hemos venido escuchando en varios filmes sobre infestaciones se vuelve a hacer presente aquí “si llamas a un muerto, todos pueden escucharte”. Quinn es acosada por un ente demoniaco que lleva una máscarilla de oxígeno sobre el rostro y es llamado “el hombre que no puede respirar”. El ente hace que la chica se distraiga al cruzar la calle y un auto la atropelle dejándola con ambas piernas rotas. Su condición la obliga a permanecer en su habitación, lugar donde ocurren la mayoría de eventos paranormales. ¿Recuerdan a los ayudantes de Elise? Specs y Tucker eran unos cazafantasmas populares en internet y son llamados por el hermano menor de Quinn para auxiliarla cuando Elise decide abandonar el caso. El resto deben imaginarlo.

Si bien la película nos explica muchas cosas respecto al pasado de Elise Rainer y su equipo paranormal, la aportación de esta entrega a la trilogía aún nos queda muy vaga. Una precuela era la única forma de que la médium continuara siendo la protagonista de la historia ¿que no era ese el objetivo? Si tuviste la oportunidad de ver el capítulo 2 sabrás por qué lo digo. Pues bien, Lin Shaye se sigue llevando la película aun cuando Stafanie Scott (Quinn) nos regala una de las mejores escenas de este capítulo 3 al remover sus yesos con mucho estilo. El resto de los personajes pasan de largo, sobre todo los amigos de Quinn que desaparecen por completo después de los primeros 20 minutos.



style=”display:inline-block;width:250px;height:250px”
data-ad-client=”ca-pub-0188558632144158″
data-ad-slot=”9802012425″>

El problema de este capítulo 3 es el mismo que hemos venido viendo en las últimas producciones de este género: te damos un efímero espanto en lugar de un terror memorable. La receta consiste en mantener al espectador a base de gritos o apariciones imprevistas sin mostrarle una buena escena que se lleve a casa. En esta ocasión hubo más risas que gritos dentro de la sala, los momentos chuscos anulaban la tensión creciente tanto como el diálogo de Elise enfrentando a su mayor temor como una chica ruda. Al final nos quedamos con la sensación de que Leigh Whannell quiso imprimir su sello a la película y ser muy cool pero desafortunadamente, no le salió. Si hay algo que odiamos más que un chiste mal logrado en una película de terror es el sentimentalismo innecesario y mal usado. Convertimos la peor pesadilla de Quinn en una reunión familiar y una lección de que el amor siempre puede vencer al mal.

Por supuesto que hay algunos aciertos dentro de la película y no vamos a omitirlos por todo lo anterior. Hay tomas bien logradas como Elise en un restaurante chino o escenas que más allá del terror, son inesperadas, como el accidente de Quinn o sus encuentros con el hombre que no puede respirar. También tenemos un final que enlaza a las otras dos películas y un par de guiños a otras, Elise tiene un perro llamado Warren y en las otras entregas la esposa del protagonista se llama Lorraine ¿entienden? A pesar de eso, nos preguntamos si este Capítulo 3 era necesario o es resultado de una serie de malas decisiones creativas, sencillamente nos quedamos con la primera que no le pide nada a esta, ni la existencia.

Agradecemos a Sony Pictures por invitarnos a ver esta película y las facilidades brindadas. Todas las imágenes presentadas pertenecen a Sony Pictures.