El Riesenrad, en Viena.
En mi calendario
recuerdo los días
en aquella noria
donde perseguía
una acuosa risa
que me secuestró
un eje de abscisas.
Girando girando
fatigado de ella
y sus sonajeros
bajé de la noria
con muchos más años
y un eje roído.
Torné la mirada
ante el canto de un
Charles Aznavour
y observé como ella
reía y reía
mientras otra chica
que me perseguía
lloraba mi caída.
Poem by W.