La normal inadaptada (2) 2020 #VersiónCoronavirusLand

Publicado el 19 abril 2020 por Marpa411

Comer, correr… perdón, dijiste ¿no coger?

Tapabocas, taparrabos, barbijos, barbitúricos, soledad, hostilidad, precios por las nubes. Yoga, mindfulness, clases de costura y confección, de cocina, de cómo respirar, cómo dormir, cómo tener rutinas. Empaches de boludeces, en las que me incluyo, que se hacen en tik tok, sí… esa aplicación en la que con ¨gracia¨ mostramos la poca cordura que nos queda. Y sigo…
Perros que nos ven y creen que somos parte de una banda peligrosa de chorros que amenaza la provisión de su futura comida.
Medicamentos impagables.
Escasez de todo…
Y bueno, no solo no podemos salir a correr, ni a comer afuera, ni a conocernos, ni gritarnos en paz, que hasta en pandemia nos impiden tener sexo. Sí, el gobierno te ¨sugiere¨ no coger, pero sí tocarte a dos manos, pero siempre con las manos bien limpitas, antes y después de lo que hagan pequeños cochinillos habilitados….
 
Y leo por ahí: “Besar puede contagiar fácilmente la enfermedad”, dicen desde Irlanda. Y el texto continúa: “Merece la pena considerar una pausa en las interacciones cara a cara y se puede considerar el uso de vídeocitas, “sexting” o chats sexuales, eso sí… Asegúrese de desinfectar los teclados y las pantallas que compartan con alguien”, lanzan sin mover un músculo facial.

Pero en el otro culo del mundo, en Argentina, no nos quedamos atrás y también desde el gobierno nos invitan y estimulan al ¨sexting¨ gate. Y lo anuncian con el mismo gesto que te comunican que estamos en un default virtual y todos los mercados se desploman. La misma fórmula comunicacional, llena de asepsia emocional, y tan híbrida y vacía como los tiempos que vivimos.

Indicaciones en el video
Conferencia de prensa Ministerio de Salud. Recomienda sexo virtual

(Aviso: ante cualquier coitus interruptus comunicarse con PACIENCIA al cableoperador o compañía telefónica que la tenga más ancha. Es decir, más larga. Bueno, más rápida)

Hoy estaba en la cocina, comiendo unas pastas, mientras una anarquía hogareña se apoderaba de la zona más caliente de la casa. La gata tomando desde el chorro de agua, la perra mirando un punto fijo arriba de la heladera, yo comiendo al mejor estilo Fast food de dorapa y de pronto surgió… ¡Sí!, la risa solitaria tan temida seguida de una gran carcajada. What!? ¿Qué me está pasando?

  • Carajo, me estoy riendo sola- pensé asustada
  • ¿Estos son los temidos efectos que deberían preocuparme de la cuarentena forzada que podrían llevarnos a la locura? – meditaba mientras seguía comiendo.

Y sigo pensando. Una cosa es que nos cuidemos y otra que los políticos nacionales y mundiales nos habiliten a que tengamos sexo virtual y teleorgías. Nos dicen las técnicas y las apps que podríamos usar potencialmente. Nos hablan de la seguridad de las mismas y también se meten con las parejas, que ni ellas se salvan de este encierro. Los que viven juntitos, también tienen que pensar en estas modalidades porque también se pueden contagiar WTF ¡Pero estamos todos locos!

Bueh. Se me viene a la cabeza Ray Bradbury y fantaseo en cómo narraría estos tiempos.

Termino de comer y de refilón veo en la TV una placa que dice: ¨las citas en tiempos de coronavirus¨, y no puedo creer lo que leo. Acá una muestra.

Ladridos por las calles, se escuchan desde mi ventana. Constantes gruñidos de bronca, de desconcierto, porque no saben qué hacer con nosotros.

Y medito, precisamente no con la modalidad en la que podríamos tranquilizarnos, que estamos desconectándonos del todo, hasta de nosotros mismos. En un mundo híper conectado estamos entrelazados y embobados a través de múltiples conexiones por fibra óptica, híper estimulados desde nuestra pasividad. Agresiones que se nos auto imponen y no podemos descargar en paz, como seres humanos activos que somos.

  • ¿Nos habremos preparado para esto hace tiempo y no lo sabíamos?
  • ¿Nos engañó nuestro inconsciente y lo vemos ahora?
  • Después de todo este quilombo ¿cuánto tiempo en sangre, alma y cuerpo vamos a continuar con las medidas sanitarias que se nos exigen hoy?
  • ¿Cambiará algo o seguiremos botando y votando lo mismo?
  • ¿Somos hijes del rigor?
  • Y seguiría… pero estoy sulfatada.

Chicos, jóvenes, adultos, y viejos: todos adentro sin salir, ni chistar, y con la boca tapada.

– Nos censuramos de placer, me digo todo el tiempo.
– Somos una raza con fuerte tendencia a la autoaniquilación y masoquismo, reconfirmo!
– Hablando de masoquismo, sado y todo eso… ¿entrará como un permitido en la sugerencia de prácticas virtuales a la hora del sexo?

Y después de todo esto…desde el lunes se activará un nuevo capítulo en la ciudad de Buenos Aires que nos propone Larrettt para combatir la propagación del Covid: ¡Encerrar a los viejos!

Lo que claramente se lanzará en los próximos días, en la nueva serie Coronavirusland, temporada: ¨La rebelión de los viejos¨. Ya disponible: ¨Perros y gatos asesinan a sus dueños sin piedad¨

Ciencia ficción en tiempo real.

Más perlitas de esta temporada 2020 de #Coronavirusland #cancioneslocas

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