Con la certeza de que en México está muy santificada la literatura, gracias a la influencia de diversos escritores que solemnizaron la labor; Haghenbeck asegura que los libros son tan divertidos como el cine, la televisión, los videojuegos y otorgan tres cosas maravillosas: enseñan, narran una historia original y divierten.
El autor, se considera a sí mismo como un creador de novela del género policíaco, el cual, desde su punto de vista, está pasando por un muy buen momento pues en México las grandes apuestas de las casas editoras incluyen este género y sus novelas.
A su juicio, la novela policíaca les otorga cara a las víctimas, ayuda a entender la realidad, las noticias y las cifras de muertos, los casos horribles de crimen pero también le da rostro y pensamiento al victimario, al policía, al detective, al que imparte justicia; le quita la parte fría del periodismo de la nota roja y la vuelve humana.
Para Francisco Haghenbeck el crimen es un elemento que existe en un solo animal y se llama “el humano, está en nuestra sangre y ningún otro ser lo tiene”. Por ello, considera que la novela policíaca y las historias que de manera personal él cuenta, es una manera de entendernos a nosotros mismos, con todos nuestros defectos y cualidades.
Apunta que no es difícil crear sus historias, sin embargo confirma que sí estudia algo de historia para crear una trama creíble y cierta, además se prepara a través de la documentación y lectura de otras obras, para nutrirse en sus historias.