De las colaboraciones entre dos monstruos del cine como Howard Hawks y Cary Grant surgieron dos obras maestras incontestables: "La fiera de mi niña" y "Luna nueva" (nada que ver con la saga Crepúsculo). Esta es la más floja de todas y a mí particularmente me ha decepcionado muchísimo.
Lo cierto es que la química entre los dos protagonistas es inexistente, sobre todo por la actuación de Ann Sheridan, demasiado gris. Cuenta la historia de un militar francés que realiza misiones rutinarias en la Alemania ocupada de la postguerra. En una de ellas tendrá que pasar más tiempo del que quisiera con una oficial con la que mantiene una relación de amor-odio, muy típica de este tipo de comedias. En esta primera parte de la película se fuerzan las situaciones para que Cary Grant haga un poco el ganso: la consigna parece ser no dejar dormir al protagonista en paz ni una noche.
Luego, como no podía ser de otra manera, el amor acaba imponiéndose. El morbo del asunto a partir de ese momento es asistir a su peculiar noche de bodas, donde son separados y el personaje de Cary Grant es incapaz de encontrar alojamiento y, sobre todo, al momento culminante, cuando deben arreglárselas para partir juntos a Estados Unidos, teniendo en cuenta que los papeles de él lo definen como una "esposa de guerra". El machismo del ejército, que no preveía en su burocracía que una de sus miembras pudiera enamorarse con los mismos derechos que un hombre. Como es sabido (y como se ve en todos los carteles de la película), Cary Grant no tiene más remedio que hacer de tripas corazón y convertirse en un travesti con la ayuda de una peluca improvisada realizada con la crin de un caballo. La película se deja ver a ratos, pero se hace muy larga.