Una nueva competencia por enviar una sonda no tripulada a la Luna está teniendo lugar entre Rusia e India por un lado y China por el otro.
Tras meses de negociaciones, ingenieros indios y rusos comenzaron a trabajar juntos en una misión.
El objetivo es enviar a la Luna un vehículo pequeño de cuatro ruedas.
Su partida está prevista para 2013, año que China tiene pensado enviar a la Luna su nave espacial Chang’e-3.
El equipo que llegue antes, se llevará el honor de ser el primero en enviar un robot a la superficie lunar desde la nave rusa Luna-24, que volvió a la Tierra en 1976 con muestras de suelo lunar.
Menos peso
Conocida en Rusia como Luna-Resource y en India con el nombre de Chandrayaan-2, la misión conjunta incluirá un “orbitador” construido en India y una plataforma de aterrizaje fabricada en Rusia. Ambas serán lanzadas al espacio por un único cohete indio.
La plataforma rusa de cuatro patas dejará en la Luna 35 kilos de equipo científico y un robot indio de 15 kilos.
A pesar de ser completamente diferente de los robots Lunokhod Soviéticos de 750 kilos que recorrían el paisaje lunar en la década de los ’70, se espera que el diminuto vehículo indio pueda recoger información para los científicos, gracias a su tecnología en miniatura.
“Sabemos que, más que nada, es una demostración de la presencia india en la superficie de la Luna”, le dijo a la BBC Aleksandr Zakharov, investigador del Instituto de Investigación Espacial en Moscú.
“No obstante, tendrá una cámara de televisión a bordo, y también le hemos pedido a nuestros compañeros indios que incluyan un manipulador en miniatura para que pueda tomar muestras de suelo, más lejos del alcance del brazo robótico”.
El robot y todos sus instrumentos científicos serán fabricados en India, aunque este país puede solicitar participación extranjera si así lo desea, añadió Zakharov.
¿Cómo en los ’90?
Recientemente Rusia le dio prioridad a este proyecto para poder llevarlo a cabo en 2013, como quiere India, informaron las autoridades de la industria espacial rusa.
Zakharov dijo que esta iniciativa está avanzando incluso más rápidamente que el proyecto propio de Rusia para explorar la Luna, conocido como Luna-Gob.
Para fin de mes, el instituto ruso tiene pensado finalizar la selección de instrumentos que el robot llevará a bordo.
Estos se utilizarán para hacer un análisis geoquímico del suelo lunar, incluyendo la detección de agua.
Confirmar la existencia de agua en la Luna era una de las metas de los científicos planetarios en los ’90, después de que una sonda estadounidense halló señales de la existencia de agua congelada cerca de los polos.
Si la encuentran, los científicos no sólo estarán escribiendo un capítulo importante en la historia geológica del satélite natural de la Tierra sino que también, esta información resultará valiosa si los seres humanos deciden alguna vez establecer una base habitable en la Luna.
Además de buscar agua, la misión podría contribuir a aportar más datos sobre la composición interna de la Luna y sus movimientos orbitales, con la ayuda de un sismógrafo y un reflector láser.