La nueva era del brandy de jerez

Por Jose Diego Ortega. Marevinum


LA NUEVA ERA DEL BRANDY DE JEREZ
Cata-ponencia celebrada en la sede de ASPA (Alicante) el 14 de mayo de 2.012
   El brandy de Jerez está sufriendo una transformación interna que hace que muchas bodegas de las consideradas centenarias e imprescindibles en este marco, estén apostando por nuevas creaciones de esta bebida que, sin abandonar los cánones de calidad y tradición, nos ofrezcan una originalidad que hasta ahora se echaba en falta. El objetivo no es otro que el ocupar un nicho de mercado que hasta ahora se daba por perdido, como es el de un consumidor joven, con hábitos de ocio nocturnos. También se busca penetrar en el segmento de un consumidor tipo de mediana edad, que huye del estereotipo trasnochado que transmiten ciertos brandis, pero que no renuncia a probar y consumir destilados de alta calidad y que se caractericen por su originalidad y autenticidad.

   En la cata bajo el título “La nueva era del Brandy de Jerez”, primeramente se dio un exhaustivo repaso a la historia, normativa, técnicas de elaboración y crianza de esta bebida, para a continuación proceder a una serie de catas prácticas en distintos bloques temáticos, donde por un lado se aprendió a distinguir y reconocer las características propias de un Solera, de un Solera Reserva y de un Solera Gran Reserva. En otro grupo se pudieron probar algunos productos que el director de cata denominó como “de nuevo cuño”, para pasar finalmente a un tercer bloque temático donde se cató la familia de uno de los brandis más originales de Jerez por su tipicidad, y origen, diferenciando entre las tres terminaciones posibles que ofrece la bodega.

Bloque 1. - Cata ciega de brandy Alfonso I el Conquistador, de bodegas Williams & Humberts, con la finalidad de poner en práctica la teoría a prendida y distinguir entre el solera, reserva y gran reserva. Hay que decir que hubo quórum a la hora de distinguir e identificar cual era cada cual. Quedó patente el alto nivel de los sumilleres asistentes a la cata.
Bloque 2.- Dentro de los brandis “de nuevo cuño” se cató una nueva creación de Osborne destinado al consumo con hielo y en combinados: “Toro”. A continuación se cató un original brandy de Sánchez Romate: “Uno de Mil”, presentado en botella numerada perteneciente a una barrica concreta y donde no hay ni cabeceo ni adición de color (lo que en whisky vendría a llamarse un “single barrel” ). Para terminar el bloque se cató otro grande de Jerez, siendo un brandy que comienza su envejecimiento en barrica nueva francesa, pasa por amontillado y finaliza en barricas de oloroso: el “Fernando de Castilla Solera Gran Reserva”.
Bloque 3.- Se dedicó al brandy Lepanto, de bodegas González Byass, elaborado con uva palomino fino y cuyo vino base se ha destilado y envejecido en el propio marco de Jerez, características que ya de por si lo hacen un brandy único dentro de su categoría. Se cató el Solera Gran Reserva, el envejecido en Oloroso Viejo y el envejecido en Pedro Ximénez, pudiendo diferenciar de forma clara como tras pasar los tres destilados trece años en barrica de vino fino, se diferencian unos de otros al terminar su crianza uno de ellos en botas envinadas de oloroso, el otro de Px y el tercero continuar su crianza sin cambiar de barrica.

La guinda, ya “fuera de concurso”, la puso un Marqués de Veragua de la bodega Pilar Aranda de antes de ser adquirida por Álvaro Domeqc, con más de 30 años de crianza, que hizo a más de uno quitarse el sombrero ante tanta grandeza.

NOTAS DE CATA SÁNCHEZ ROMATE UNO EN MIL
- VISTA. Color amarillo ambarino, no demasiado subido, apagado y transparente.
-NARIZ. Notas maderadas, cáscara de frutos secos (almendras,nueces), vainillas y whiskilactona. Sutil pero con bastante carácter propio. Aroma muy limpio, con un fondo floral muy pronunciado (lirios,clavel). Al reposar la copa, nos trae una clara imagen olfativa de los vinos amontillados jerezanos y de madera nobles (cedro).
- BOCA. Entrada de carácter seco, recio y con un carácter ligeramente agresivo que hace recomendable rebajarlo con agua o hielo. Floral, manzana madura, azahar, balsámicos, regusto a regaliz y orejones. Posgusto muy largo con recuerdos anisados y un largo recuerdo a dátil y regaliz negra.

NOTAS DE CATA FERNANDO  DE CASTILLA
- VISTA. Color caoba subido, acaramelado, con matices verde oliva.
- NARIZ. Sorprende su poca intensidad y lo que tarda en abrirse y expresarse. Cuando lo hace, demuestra una enorme complejidad. intenso perfume de maderas nuevas barnizadas. Ceras.
Se identifica claramente como un brandy de jerez. Predominio de notas de canela y clavo de olor. Al reposar la copa, aporta mucho tabaco negro y cacao.
- BOCA. Entrada algo amable y abocada. Carácter expansivo pero con elegancia y estructura. el sabor viene en oleadas desde las notas especiadas y dulces (vainilla, pasas), pasando por las maderas y barnices, para llegar al fondo balsámico y anisado. Final muy largo y cambiante, donde prevalece el azúcar tostado y el caramelo de anís.

NOTAS DE CATA LEPANTO OLOROSO VIEJO
- VISTA. Color caoba oscuro, con destellos oro viejo.
- NARIZ. De intensidad media, con enorme aportación aromática de frutos secos (almendra, avellana, nuez). Ofrece una madera noble perfumada muy acusada (cedro, sándalo) y toques de incienso. Clarísimos recuerdos a los vinos generosos jerezanos. Ni rastro olfativo de azufrados. No se identifica claramente como un brandy de jerez.
- BOCA. Entrada abocada y suave, derrocha finura y sutileza. Muy estructurada, donde el alcohol queda totalmente enmascarado por notas de manzana deshidratada (muesli), caramelo y especias (canela y pimienta rosa). Sedoso y glicérico, con textura aterciopelada. El final de boca, largo y suave, con posgusto a dátiles secos, pasas, tabaco rubio y cera de ebanista.