- Estoy de acuerdo en que se deje de fumar en los bares, porque además de molestar, el humo del tabaco ajeno nos convierte en fumadores pasivos, perjudicando la salud.
- Desde que disfruto de mi paternidad, en todas las revisiones de pediatría se nos advertía de los riesgos que tiene para un niño recién nacido, durante los primeros años de vida su exposición al humo de tabaco enfermedades de las vías respiratorias inferiores y del síndrome de muerte súbita del lactante.
Esta ley permitirá a aquellas familias con niños poder visitar más asiduamente los bares y restaurantes frente a los y las fumadoras que les supondrá salir a fumar el cigarro a la calle. Entre los fumadores hay gente tolerante y respetuosa con los que no lo somos y hay gente que es condenadamente irrespetuosa que pregunta si puede fumar cuando ya se ha encendido el cigarro. Gente a la que señalizándolo el dueño del bar mediante un cartelito en la entrada será suficiente, gente a la que haya que avisarla(sobre todo los primeros días) y otra a la que se tendrá que llamar a la policía local, como cuando alguien estaciona en un vado o comete algún tipo de infracción que moleste a otros u otras.
Lo que sí deseo que no pase como la otra ley y que se consiga la disminución del número de fumadores tras cuatro años de Ley Antitabaco en vigor. Es lo que he deseado a las personas conocidas que fuman, que lo dejen por su bien. Pero si no lo van a dejar, pues que lo dejen cuando estemos en un espacio público cerrado de manera temporal o si quieren salimos a la calle para que fumen.
Estoy esperando que salgan los datos sobre lacantidad de bares y restaurantes cerrados para verificar que realmente estábamos equivocados, porque es imposible cerrar 70.000 bares y perder 200.000 empleos y, a la vez, no tener coste alguno para la Hostelería. Revisaré también el desempleo en el sector servicios(achacando todos los despidos a esta causa).Esto será como las encuestas electorales, hechos al gusto del que paga. (Faroles ante un Gobierno que tiembla con las cartas que tiene y parece que temblaría con cualesquiera otras)
Dicho esto, considero que en unos días las aguas volverán a su cauce y todo el mundo aceptará de buen grado salirse a fumar un cigarro a la calle, pasará el revuelo, en un par de meses la temperatura será más agradable y recuperaremos la calle, independientemente de nuestra adicción al tabaco o no, como sitio donde puedo desarrollar mi vida social. Con el tiempo se terminará viendo como algo normal que no haya humo de tabaco en espacios cerrados y que la gente se agrupe en la calle para fumar y hablar de temas de mayor calado(a;) político que el actual. Por ejemplo, si lo que quieren es que la gente no fume y viva más para trabajar dos años más, pues que lo digan porque entonces me meto a fumador.