Pero, ¿de qué trata esta nueva maravilla que el PP regalará a nuestra "democracia"? ¿Cómo lucharán una vez más para "garantizar la seguridad de los ciudadanos"?
La Ley de Seguridad Ciudadana, que está siendo preparada por el Gobierno, contempla que se podrá sancionar con hasta 30.000 euros de multa el simple hecho de insultar a un policía en una protesta, realizar escraches o grabar a agentes de seguridad. La policía del Régimen adquiere así total impunidad -aún más- para hacer lo que quieran. No podríamos presentar como prueba de asesinato una grabación de un policía matando a golpes a un manifestante, porque nos expondríamos a la ruina absoluta.
Jueces para la Democracia recuerda que casos de escrache se han archivado por no ser "ni delitos ni faltas" -y así debería seguir siendo-.
La Asociación de Jueces Francisco de Vitoria cree que el anteproyecto "recuerda a la Ley de Vagos y Maleantes o a la de Rehabilitación Social del franquismo".
Ada Colau, fundadora de la PAH, anima a convocar una "jornada de desobediencia general" para el día en que se apruebe esta salvaje medida de represión. No es mala idea: si cinco millones de personas gritamos al mismo tiempo, ¿nos van a poner a todos multas millonarias?
Pero ahora presento la realidad de la situación, la dura y temible realidad: si ese día salimos a la calle, con el objeto de desobedecer y demostrar que no se nos puede parar, y ellos deciden cumplir esta Ley; en las calles de todo el país podría producirse la mayor batalla campal que jamás se haya visto, desde la Guerra Civil. Esta Ley puede suponer el detonante para la insurrección general de los ciudadanos, un verdadero levantamiento para tirar abajo el Gobierno de estos indeseables. ¿Seguirán adelante con este terrorífico proyecto de Ley? Puede que no obtengan lo que buscan. Y rodarán cabezas.
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