La nueva maternidad

Por Sandra @sandraferrerv
Bueno, al final he podido parar a escribir esta entrada. Nuestra querida Ileana hace días propuso en su blog un concurso en el que sortea unos lotes de libros entre los que se encuentra su nueva publicación La nueva maternidad. Precisamente hoy lo presenta en Barcelona.
El concurso consiste en dar nuestra visión sobre lo que consideramos esa nueva maternidad.
La maternidad, ese mundo desconocidoAsí era para mí la maternidad hace unos cinco o seis años. Sabía que las mujeres tenían hijos, las veía a mi alrededor, pero como algo totalmente ajeno a mí. Nunca me imaginé con un bebé en brazos. La razón de mi falta de instinto maternal no la sé pero sí que sé que el día que un ser empezó a crecer dentro de mí, nació también la madre que llevaba toda mi vida oculta en mi interior.
La maternidad y sus incompatibilidadesComo nunca me planteé ser madre, toda mi vida la dediqué a estudiar, conocer gente, leer, viajar, hacer cosas típicas, podríamos decir, de solteros. Cuando eres madre, no te imaginas que todo eso cambia radicalmente.
Me había pasado años estudiando y esforzándome por encontrar un trabajo que me permitiera una cierta independencia económica y me hiciera sentirme orgullosa como profesional. También reemprendí mis estudios universitarios y me lancé a estudiar una segunda carrera. Pero todo eso se tuvo que parar cuando llegó mi bebé. Con él en brazos ya no había cabida para muchas cosas más.
Entonces llegaron las dudas, las angustias y los miedos. Había oido hablar de la conciliación laboral, de las madres profesionales, de las supermamás (¿superhéroes?). Nada me cuadraba. Porque con mi trocito de vida en mis brazos, todo lo demás perdía sentido. Y nadie me había explicado que aquello me podía pasar.
La nueva maternidadCreo que esta nueva maternidad engloba a unas nuevas mujeres en la sociedad. Por primera vez en la historia (y se dice pronto, tras siglos y siglos de existencia) nos encontramos con un aluvión de mujeres que salen de las universidades con grandes conocimientos y preparadas para ser excelentes profesionales. Pero también queremos ser madres.
Nuestras madres lucharon para que nosotras pudiéramos tener una carrera profesional que la mayoría de ellas no tuvieron. Y lo hicieron bien, porque pensaron que era lo mejor para nosotras. Pero se olvidaron de que también podríamos querer ser mamás.
Yo no quiero tener que escoger. No conozco la fórmula perfecta pero creo que ha de existir la manera de poder ser MADRE, en mayúsculas, y poder ser personas cultas, profesionales y trabajadoras.
Si nuestras madres lucharon porque fuéramos grandes profesionales, ¿por qué lucharemos las madres de esta generación? Creo que ahí está el reto de esta nueva maternidad, luchar para conseguir criar a nuestros hijos y crecer como personas cultas y profesionales. Encontrar el equilibrio para que nuestros hijos no sean los responsables subsidiarios de nuestros anhelos personales.